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El botellón genera inseguridad en el entorno de la Alameda

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photo_camera Varios jóvenes hacen botellón en la noche del sábado en la Alameda.

Los conductores eluden estacionar en la zona por temor a sufrir daños en sus coches o un altercado

Los botellones en la Alameda, que siguen celebrándose sin que las autoridades políticas tomen ningún tipo de medida para impedirlos, están generando inseguridad no solamente en el interior del espacio de ocio, también en las calles adyacentes.

El parque volvió a ser escenario en la madrugada de este domingo de concentraciones de jóvenes, que vaso en mano, conversaban al tiempo que bebían. La aglomeración no era tan grande como otros fines de semana, cuestión que en la Policía Local achacaron a las bajas temperaturas, menos un grado centígrado a las 01,30 horas, y la incesante lluvia.

Mientras, en las calles adyacentes había numerosos espacios para estacionar los conductores. Sobre la citada hora, Jesús Manuel R.F. se disponía a poner en marcha uno de los pocos vehículos que había aparcados en la calle Parada Justel. "Hasta hace un par de años se hacía casi imposible estacionar aquí", apunta, recordando que la mayoría de los conductores no utilizan estos estacionamientos por temor a que les causen destrozos en el vehículo. "Cuando la gente consume alcohol, después no sabes cómo se puede comportar", añade.

Tres policías locales patrullaban entre los jóvenes con el objetivo de localizar a menores consumiendo alcohol y el trapicheo de drogas. Los agentes no llegaron a intervenir durante la madrugada. Según fuentes del cuerpo, los jóvenes que hacen botellón están vigilados y, ante su presencia, cambian de actitud.

Esta postura ya lo conocen perfectamente los vecinos que residen en las calles Parada Justel, Doctor Fleming o Bispo Cesáreo. "Cuando hay policía apenas se escucha ruido. Una vez que se marcha la patrulla, el escenario es otro. Incluso hay cánticos y bocinazos", apuntó uno de los residentes, J.A.H.R., recalcando la inseguridad. En el parking que hay bajo la Alameda también se ha detectado un descenso de vehículos. 

Botellas, vasos y bolsas tiradas al suelo

La Alameda presentaba en la mañana de ayer, pese a ser menor el número de jóvenes que hicieron botellón, la misma estampa que otros domingos. Por el suelo, entre el edificio de Correos y las escaleras para acceder al intercambiador de autobuses, había botellas, vasos y bolsas de plástico esparcidas por el suelo. Entre los restos, se apreciaban también telas y paquetes de cigarrillos vacíos.  "Y hoy no es nada. Hay fines de semanas que esto parece un vertedero de basura", apuntaba un viandante que a las 09,00 horas de ayer observaba las casetas que acogerán a los vendedores de la Plaza de Abastos provisional, una obra que ya lleva varias semanas de  retraso.

Los vendedores serán ubicados dentro de un gran carpa que inutilizará la Alameda mientras se acometan las obras de rehabilitación de la Plaza. Y tendrán que convivir con el botellón.

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