Cuando en la Catedral Vieja de Salamanca aparecieron unas pinturas góticas tras el retablo renacentista de la capilla de Santa Bárbara, surgió un dilema. ¿Qué era más importante? ¿Los murales o el altar que los tapa? En Salamanca no quisieron decantarse por ver qué dejaban a la vista y qué escondían: un artilugio novedoso les permite observar simultáneamente el retablo del siglo XVI y las imágenes que estaban ocultas, del siglo XIV. Fijándose en lo que ocurrió a los salmantinos, la Diócesis de Ourense pensó en la misma solución para la iglesia de Santo Estevo, donde el hallazgo de un relicario con anillos de la leyenda de los Nueve Obispos generó gran expectación. “Este mecanismo no lo hay en Galicia, será la primera vez. Lo vimos en la capilla de Santa Bárbara”, presume el delegado de Patrimonio del Obispado, Luis Manuel Cuña.
En este templo ourensano, la paciencia de Vania López, restauradora de la Diócesis, dio con un antiguo relicario en el que se escondían joyas que todavía están datando investigadores de todo el mundo. Lo que sorprendió a los expertos, tras meses de trabajo, fue que tras el rascado de la cal con un cincel, aparecieran hasta seis escenas bíblicas. Tras el relicario se ocultaban pinturas que representan el martirio de Santa Catalina, flagelada por un verdugo; el de San Esteban, apedreado y la adoración de los Reyes Magos. ¿Cómo esconder tal hallazgo?, se preguntaron en el Obispado.
¡Qué dilema!
“Era una pena tener que colocar los relicarios y tapar las pinturas, sobre todo cuando hemos visto que ha salido toda la serie y las imágenes se refieren al martirio de Santo Estevo. Vimos como hicieron en la capilla de Santa Bárbara. Tendremos un sistema móvil para que el retablo pueda entrar y salir. Son como unos brazos móviles y así pueden hacer efecto espejo y no se pierde la ubicación original, ni relicario ni pinturas quedan cubiertos gracias a estos brazos mecánicos. Porque era una pena, tanto el relicario como los murales son de gran valor”, explica Cuña.
El Obispado de Ourense presentará hoy el proyecto en la iglesia de Santo Estevo. Para la ocasión, los famosos anillos “milagreiros” que inspiraron hasta dos novelas, viajarán de nuevo a su ubicación original. Los investigadores siguen buscando la época a la que pudieron pertenecer estas joyas que dieron la vuelta al mundo. De momento, el halo de misterio los impregna. Lo que sí ve la luz son los murales y el relicario, a la vez, gracias al “artilugio” que se expondrá hoy.
