Agentes medioambientales, policías y guardias civiles están buscando al reptil desde el martes

El caimán del Barbaña no da por ahora señales de vida

Un agente del Seprona recorrió en moto las riberas del río en busca del caimán a media mañana. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Un caimán que también pudiera ser una nutria, un conejo, un pato o hasta un lagarto. La primera opción, la nutria, es la hipótesis principal con la que trabajan los agentes medioambientales del Servicio de Conservación de la Naturaleza y las fuerzas de seguridad. Las otras alternativas forman parte de las disquisiciones entre el vecindario, bastante incrédulo a la presencia de un reptil de grandes dimensiones en el cauce del río Barbaña, en pleno centro de la ciudad.
Pero la llamada de un trabajador a primera hora de la mañana del martes asegurando que había visto en el río, a la altura de la calle Carriarico, un caimán de un metro de longitud movilizó a los técnicos de Medio Ambiente, la Policía Local de Ourense y ayer también a guardias civiles del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), quienes se sumaron por su cuenta al operativo a media mañana.

El segundo día de inspección, ayer de forma más concienzuda, tampoco dio sus frutos, tras patear o 'campear' desde el alba, utilizando un símil del reino animal, desde las márgenes del río, tanto la izquierda -donde fue avistado- como la derecha, para coger perspectiva.

Los primeros en llegar al río, a las 06,00 horas, fueron los expertos del Servicio de Conservación de la Naturaleza quienes se entrevistaron con Francisco Rey, la persona que asegura haber visto al reptil cuando a esa hora se dirigía al trabajo. Los dos agentes recorrieron con potentes linternas el río, desde aguas arriba hasta el puente del Barbaña, sin llegar a entrar en el cauce para no asustar al supuesto morador.

La Guardia Civil, que llegó a media mañana, sí se introdujo en el agua, removiendo la vegetación con palos y recorriendo en moto también los paseos por ambas márgenes.

Los expertos, sin descartar aún del todo la hipótesis de que efectivamente haya un caimán en el río, comienzan a decantarse por la opción de que el testigo hubiera visto una nutria. 'La forma alargada de la cola de la nutria y la forma en la que se mueve por el agua, con el hocico hacia arriba, dejando ver los ojos, pudo contribuir a una confusión a una hora en la que no había demasiada luz', aseguran fuentes del operativo de búsqueda. Más si cabe teniendo en cuenta que los vecinos con viviendas en los aledaños al río aseguran haber visto nutrias en el Barbaña de un tiempo a esta parte.

En cuanto a la zona en la que aparece la vegetación aplastada, lo que podría delatar el trasiego del caimán, los agentes medioambientales vieron dos ratas en la zona más próxima a Carriarico que se apostaban encima de las plantas para comer. Con todo, el operativo de localización y captura no da por zanjada la búsqueda, que se retomará en próximos días.

Desde el falso oso de Allariz a la pantera fantasma de San Cibrao
La presencia de animales no catalogados en la fauna de la provincia ha desplegado otros operativos de búsqueda con resultados tan inciertos como la propia singularidad de los 'rara avis'.
Los agentes del Servicio de Conservación de la Naturaleza se pasaron días en la primavera de 2012 intentando dar con el oso que, incluso, alguien llegó supuestamente a fotografiar en los aledaños al río Arnoia. Nunca fue apresado.
Algo similar ocurrió con la pantera que en octubre de 1999 atemorizó a los 300 vecinos de Vilanova y Soutopenedo (San Cibrao das Viñas). La entonces alcaldesa, Elisa Nogueira, reconoce que llegó a dar verosimilitud a esa visión. 'A mí me llegó de boca de personas totalmente creíbles, de ahí que considerase factible que rondara por Outeiro Calvo', recuerda. Añade que en lo único que no se ponían de acuerdo era en la descripción: 'Unos decían que tenía manchas y otros que era totalmente negra'. Eso sí, todos calibraban la misma envergadura: dos metros de longitud.
El caso que sí llegó a cerrarse fue el de la pitón de cuatro metros y 80 kilos que, según los responsables del Circo Italiano, se escapó de sus instalaciones cuando con motivo del Corpus se desplazaron a la ciudad en junio de 2005. A los pocos días, ya en Ferrol, tres trabajadores del circo fueron imputados en un delito de denuncia falsa.

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