El Corpus Christi volvió a llenar los templos parroquiales de la provincia de fieles que participaron a la celebración y se sumaron posteriormente a las procesiones y muchas de ellas transcurrieron sobre alfombras florales.
Un año más, la provincia se volcó con la celebración del Corpus Christi. En la ciudad, apenas pasaban unos minutos de las diez de la mañana, y en las calles del Casco Vello ya se palpaba el ambiente festivo. Después de una eucaristía en la Catedral, presidida por el obispo de Ourense, Leonardo Lemos, se dio paso a la tradicional procesión que congregó en torno a seiscientos fieles por las principales calles de la ciudad hasta la bendición del Santísimo en la plaza de San Martiño.
Los feligreses destacaron el carácter emotivo de esta celebración. "El propio Santísimo sale a la calle y la gente a recibirlo", indica María Remedios Alonso Fitera, encargada de portar el estandarte de la cofradía Nuestra Señora del Rosario, de la iglesia de Santo Domingo. Una jornada a la que también se sumaron los más pequeños.
"Xa deben vir cerca. Este ano seica viñeron os militares dende Pontevedra", comentaban un grupo de fieles que esperaban la llegada de la comitiva en los jardínes del Padre Feijóo, a la sombra. Y es que este año, la procesión estuvo acompañada de la banda de la Brilat.
A este acto religioso también se unieron la Corporación municipal, el vicepresidente de la Diputación, Rosendo Fernández y el subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, entre otras autoridades.
Por toda la provincia se sucedieron las procesiones y en varios puntos las alfombras florales volvieron a ornamentas las calles por las que transcurrió.
En Allariz, la Iglesia de Santiago acogía la misa del Corpus, con la presencia de varios niños que hicieron este año la primera comunión y a su término, se conformó la procesión por el casco viejo de la villa, con las calles del recorrido engalanadas con flores.
En la vecina Xunqueira de Ambía los fieles también realizaron alfombras florales en el entorno de la Colegiata, por donde transcurrió la procesión.
En Celanova y, como cada año, los niños que el pasado fin de semana hicieron la Primera Comunión salieron ayer en procesión por las calles de la villa acompañando al Corpus Christi. Para la ocasión, padres y vecinos alargan la noche del día anterior realizando alfombras florales para celebrar esta tradicional cita. Bajo un sol de justicia, una veintena de pequeños y numerosos fieles recorrieron las principales calles del casco antiguo de Celanova a un paso más ligero de lo normal, puesto que el tiempo no animaba a permanecer mucho tiempo a la intemperie.
Carballiño celebró la misa en el templo de la Veracruz y la procesión en su entorno. Una escena similar se repetía en Ribadavia, donde niños y fieles participaron en la procesión, que partió de la iglesia de San Francisco y transcurrió por el casco histórico de la villa. A lo largo del trayecto se realizaron tres paradas en otros tantos altares acondicionados y adornados con flores para continuar hasta la iglesia de Santo Domingo, donde se ofició la misa.
En Xinzo, el párroco, Jaime Collazo, estimaba que un millar de personas participaron en la misa y en la procesión, en cuyo recorrido figuraban dos grandes alfombras realizadas por los fieles y en el que se habilitaron puntos de aprovisionamiento de agua para los más pequeñas por las altas temperaturas.
También hubo una alfombra floral de 200 metros de longitud en Verín, así como pétalos y flores en el resto de calles por los que pasó la procesión que procedía de la iglesia de Santa María la Mayor.
