OURENSE NO TEMPO

El campo Loña

campo_lona_hockey_femenino_anos_40_result
photo_camera El equipo ourensano, formando por Amparito y Chola Grandall, Marina Fernández, Lucita Rego, Mª Isabel Fernández y otras seis que no he conseguido identificar. (Foto del Archivo Municipal Ourensano)

No fue el primero, ni siquiera se llegó a plantear dotarlo de hierba... Sin embargo, muchos ourensanos aún lo mantienen en su recuerdo. Y de hecho se acumulan las anécdotas que me cuentan de aquellas tardes.

No fue el primero, ni siquiera se llegó a plantear dotarlo de hierba; el cierre era mayormente de palos de madera, aunque con el tiempo presentaba un sólido y alto muro de perpiaño que vigilaba el señor Luis los últimos años para que la juventud no se colara; sus gradas eran unos palos que a modo de barandilla rodeaban todo el terreno de juego; como palco, existía una bancada de arena con unos tablones encima, de tres filas en el centro del campo. Sin embargo, muchos ourensanos (cierto que no son los más jóvenes...) aún lo mantienen en su recuerdo. Y de hecho se acumulan las anécdotas que me cuentan de aquellas tardes.

La primera vez que me hablaron de este recinto deportivo no me dejó buen sabor de boca (ni a mí, ni a quien me lo contó), y de hecho durante un tiempo deje de prestarle atención en mis búsquedas de información. Fue mi añorado amigo Andrés Pereiro quien me contó que cierto día en un partido estaban dos aficionados con "intereses contrarios" viendo el "match" cuando uno de ellos (su equipo iba ganado 3 o 4 a 0), insistía en burlarse de su amigo, al tiempo que le clavaba el dedo en el pecho; hasta que en un momento dado el "perjudicado", con un rápido movimiento, asestó un bocado al dedo de tal calibre, que los dientes tocaron hueso. Por fortuna los sanitarios consiguieron salvar el dígito, pero el amigo Andrés disfrutó unas breves vacaciones en Progreso (allí estaba de aquellas la Prisión Provincial). Realmente el amigo no lo denunció, así que fue más un castigo correctivo del gobernador que otra cosa.

Otra más agradable habla de cuando, invitada por la "Liga de amigos de la ciudad", el equipo de hockey femenino del Marítimo de Vigo, en el que militaba la que fue Miss España de 1933, Emilia Docet, se trajo con ella a todo su equipo y disputaron un interesante partido en el Loña, frente a las chicas de la Sección Femenina. El público masculino, poco acostumbrado a ver a las chicas corriendo por el campo, cuentan que no quitaba ojo y que cuando alguna en un lance del juego caía a tierra, rápidamente acudían varios caballeros para ayudarla a levantarse. 

Mi buen amigo Adolfo Rego me recuerda que sus primeros ingresos (6 pesetas...) los obtuvo gracias a las taquillas del Loña. Su padre, don Juan Rego, empleado del Banco Pastor, complementaba sus ingresos atendiendo las taquillas del Loña (también del Teatro Principal y del Parque Bouzo), y Adolfo con frecuencia, a pesar de ser un crío, le ayudaba. El caso fue que en una de las primeras visitas que el Celta de Vigo nos hizo, la taquilla colgó el cartel de “no hay billetes”, así fue como un directivo rumboso decidió darle al niño aquellas 6 pts. Bueno realmente fueron para la madre… ¿Qué iba a hacer Adolfito con ese dineral?, al final su disfrute se redujo a una pta. Pero como sería el disfrute, que aún lo recuerda pasados más de 70 años.

Un detalle poco recordado es el de que a comienzos de los 40, la falta de recursos dejó que el campo quedara prácticamente inservible, hasta que la directiva de la Academia Cardenal Cisneros decidió alquilar el campo para uso de sus alumnos. El entonce alcalde, Eduardo Valencia, intentaba así ganar tiempo para la construcción de un campo definitivo, pero no fue posible. A finales del 41 el Loña volvió a convertirse en el campo municipal, habría que aguardar casi una década para que el nuevo estadio del Couto se construyera. Durante ese tiempo el campo se llamó "Cisneros".

Otro detalle curioso, es el de que quien recuperaba un balón entraba gratis. Y que el campo disponía de fuente propia para calmar la sed, como me recuerda el amigo Xerardo Gómez.
El fútbol era la actividad que más horas ocupaba el campo, pero como ya he comentado, pudo disfrutarse de hockey, fue campo de tiro (en los años 20 se celebraba en las fiestas un campeonato de tiro al pichón que congregaba gran número de participantes, y de “pichones”), fue cancha de baloncesto, de balonmano, de boxeo y en más de una ocasión se celebró en su interior el Certamen de Orfeones.

Te puede interesar