Quince internos participan en una iniciativa de la Asociación para la Prevención de la Exclusión Social

La cárcel de Pereiro implanta un taller para educar a reclusos en valores medioambientales

La colaboración entre la dirección de la prisión de Pereiro de Aguiar y la Asociación para la Prevención de la Exclusión Social (APES) ha permitido poner en marcha un aula de la naturaleza en la que 15 reclusos son educados en valores como el medio ambiente, el compañerismo o la solidaridad. Puesta en marcha en marzo, en ella se desarrollan talleres de reciclaje de residuos generados exclusivamente en la prisión, al tiempo que se organizan charlas y coloquios. La filosofía es evitar la reincidencia delictiva.
En el lado benévolo del centro penitenciario, un aula de la naturaleza, en funcionamiento desde marzo, permite que un grupo de 15 internos adquiera valores que no tenían ‘o que los perdieron en el camino’, basados en el respecto al medio ambiente, pero también en ‘el compañerismo, la solidaridad o la responsabilidad’, señala Raquel Crespo, presidenta de la Asociación para la Prevención de la Exclusión Social (APES), entidad que colabora con la dirección de la prisión de Pereiro en la puesta en marcha de este proyecto. ‘Quisimos aprovechar los recursos del centro’, indicó su director, Juan Carlos Salvador, ‘para obtener beneficios’ y formar a internos y facilitar su integración social. La filosofía del curso, según Raquel Crespo, lleva el cuño de la asociación que lo impulsa: la lucha ‘contra la reincidencia delictiva’.

Alicia Fernández, creadora de la idea y colaboradora de APES, enfatiza la importancia de propiciar una ‘educación medioambiental’ en un grupo de personas cuyo contacto con la naturaleza, por razones obvias, es mínimo. ‘Así que la hemos trasladado a la prisión’. A la espera de que ‘podamos realizar actividades en contacto directo con la naturaleza’, ahora hacemos hincapié ‘en el reciclaje, trabajando a partir de residuos que se generan exclusivamente en la prisión’.

Bolsas de plástico, papeles o latas de refrescos son algunos de los materiales desde los que los participantes ensayan la adquisición de valores, dando lugar a todo tipo de nuevos objetos. Charlas y debates complementan un taller que busca ‘atacar a fondo el cambio climático’ inculcando la adquisición inclu so de nuevos hábitos de consumo que ‘permitan ahorros energéticos dentro de la propia cárcel, desde el agua que usan de más en las duchas, a las luces que dejan encendidas’, subraya Alicia Fernández.

José, natural de Maside, es uno de los reclusos que participan en el aula. ‘Soy especialista en hacer gorros de papel’, dice, ‘y en cuanto salga de aquí pienso presentarme en Luar’. ¿Para? ‘Para enseñarle a mi amigo Gayoso el traje que estoy haciendo a base de trozos de papel engarzados’. De momento va por la corbata. Y su salida del centro penitenciario está prevista para el mes de octubre.

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