Cárcel para el vecino de Ourense que quería vender droga y acabó apuñalando a su cliente

Ismael P.M. durante el juicio en la Audiencia Provincial.
photo_camera Ismael P.M. durante el juicio en la Audiencia Provincial.

Condenado a siete años de cárcel un vecino de Ourense por traficar con droga e intentar matar a un cliente

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Ourense condenó a siete años de cárcel al ourensano Ismael P.M., por traficar con droga e intentar matar a un comprador que inició una disputa con él por no estar conforme con el precio. El tribunal lo consideró autor de un delito contra la salud pública, en su modalidad de sustancias que no causan grave daño a la salud, y de un delito de homicidio en grado de tentativa. Además de la pena de prisión, le impusieron el abono de una indemnización a la víctima de 50.000 euros.

Los hechos ocurrieron en la Semana Santa de 2021. Un grupo de seis amigos regresaba a su ciudad, Madrid, desde Vigo. Distribuidos en dos coches, decidieron hacer una parada en Ourense para comprar hachís. Vieron a un joven fumando un porro en la calle y le preguntaron si conocía a algún camello que les pudiese proveer. Este les proporcionó el nombre del imputado, Ismael P.M., con el que contactaron a través de Whatsapp.

A través de un mensaje, les envió la dirección su casa, en Bernardo González Cachamuíña. Antes, concertaron el precio de la droga: 10 gramos por 60 euros.

Ese mismo día, cuatro de los amigos acudieron al piso del camello. Solo dos de ellos entraron en el portal, el resto esperaron fuera.  Ismael P.M. se reunió con ellos portando una cajetilla de tabaco que contenía los 10 gramos, que les mostró. Poco después se inició una fuerte discusión entre los tres. El acusado cambió el precio inicial y pasó a pedirles 70 euros. Los compradores opinaron que la droga no tenía tanta calidad como para entregar dicha suma, por lo que la discusión subió de tono. La víctima empujó al camello y este respondió clavándole un arma blanca de punta serrada en el cuello

Los turistas madrileños salieron a la carrera del lugar, introduciéndose en un taller cercano donde los trabajadores taponaron la herida a la víctima, mientras llamaban a una ambulancia para trasladarlo al CHUO. Como consecuencia de los hechos, el perjudicado acabó en coma inducido y los médicos tuvieron que realizarle una traqueotomía de urgencia.

Durante el juicio, el acusado se defendió diciendo que no tenía dinero y que en la cajetilla había cenizas empaquetadas, una artimaña para engañar a los turistas. Según su versión, cuando los madrileños se dieron cuenta, sacaron una navaja y el tajo surgió a raíz de un forcejeo previo. Sin embargo, los magistrados lo consideraron inverosímil.

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