Percibe ‘nuevas formas de pobreza’, como la soledad o las dificultades en el acceso a servicios

Cáritas alerta de las situaciones de exclusión social que causa el envejecimiento poblacional

El centro de día de Cruz Roja, al que asisten una treintena de mayores de 65 años.  (Foto: Miguel Ángel)
El envejecimiento de la población está relacionado con ‘situaciones de exclusión social, las nuevas formas de pobreza’, señalan desde Cáritas. La organización estimaba en su memoria de 2007 que el 40% de los ourensanos vive en el umbral de la pobreza al cobrar menos de 600 euros. Y si en el rural la exclusión social se traduce en soledad para los ancianos o en dificultades de acceso a determinados servicios, en la ciudad se han disparado las solicitudes de ayuda para conseguir pagar los alquileres y recibos.
La última memoria de Cáritas dejaba entrever indicadores demoledores de la situación por la que atraviesa la provincia: el 40% de los ourensanos rozan el umbral de la pobreza, los sueldos son los más bajos de Galicia -con una media de 1.200 euros- y el 30% de la población vive con 495 euros al mes. A la pobreza económica hay que unir, según el director de programas de la organización, Ignacio Bedoya, ‘otras formas de pobreza, más relacionadas con la exclusión social. Las personas mayores que viven en el rural no son pobres desde el punto de vista económico, porque cobran una pensión y mantienen una economía agraria y ganadera de subsistencia, pero a muchas de ellas sí les afectan otras formas de pobreza como la soledad o un acceso no adecuado a la Sanidad o a la Cultura’.

En este sentido, Bedoya cree que para fijar población hay que tener en cuenta también ‘los pequeños detalles en los territorios rurales que hacen que, cuantos más recursos tenga la gente, más posibilidades hay de que se vayan quedando’. Un ejemplo de estos pequeños avances en la lucha por mantener población es ‘el caso de un arciprestado que nos pedía un aula de apoyo escolar para los chavales de esa zona, dado que no hay academias para ellos. Por eso, para paliar el fracaso escolar consideramos importante la creación de esta aula de apoyo’, asegura.

En la ciudad, Cáritas está notando ‘un tremendo incremento de personas que han pasado a estar en una situación de exclusión social por la crisis y hemos tenido que ayudarles a pagar el alquiler o como apoyos a los recibos de la luz, agua, etcétera’, señala Bedoya, quien asegura que no puede cuantificar este aumento aunque ‘en sólo un día vinieron 20 personas para que les ayudásemos con el alquiler’. La situación es tal que Cáritas está sopesando la posibilidad de crear un fondo exclusivo para dedicarlo a este tipo de ayudas. En este sentido, Bedoya critica que ‘cuando una persona solicita una ayuda de emergencia o el pago de una RISGA (Renta de integración social) hay unos tres o cuatro meses de tramitación. ¿Quién los atiende en este tiempo? La acción social de la Iglesia. El Gobierno debería agilizar estos trámites’.

El 42,9% de los usuarios de Cruz Roja en la provincia son mayores de 65 años

En Ourense, como en el conjunto de Galicia, ‘el envejecimiento de la población es una característica y hace que se orienten los programas a este colectivo, a diferencia de lo que ocurre en otras zonas de España, donde la inmigración, por ejemplo, ocupa buena parte de la actividad de Cruz Roja’, explican fuentes de esta organización. Tal es así que, en 2007 -último año del que se tienen cifras a falta de cerrar las de 2008- el 42,9% de los usuarios de Cruz Roja en la provincia eran mayores de 65 años.

Ante esta situación, la organización dedica una gran parte de sus esfuerzos a este colec tivo. ‘El envejecimiento y la dispersión de la población hacen que profundicemos en programas para mayores, como puede ser el de la teleasistencia’, señalan en Cruz Roja. Y es que en un rural en el que aldeas enteras están formadas por gente mayor, este servicio -un dispositivo telefónico que, con pulsar un botón, facilita ayuda a los mayores en caso de emergencia- va en auge y alcanza ya los 384 usuarios.

Los programas

Así las cosas, los diferentes programas que la organizaciónr realiza en la provincia para el colectivo de personas mayores abarcan diferentes necesidades, desde una en la que los usuarios pueden tener una completa autonomía, como puede ser el de teleasistencia o el de asistencia a domicilio complementaria, hasta otros en el que el grado de dependencia es más acusado, como puede ser el propio centro de día. Dentro de los mayores de 65 años, Cruz Roja se centra en ‘aquellos grupos con una mayor vulnerabilidad económica o que sufran un mayor grado de aislamiento o soledad’, explican desde esta organización, cuyos programas pretenden mejorar la calidad de vida de sus usuarios.


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