Dos personas recurren cada día a Cáritas por primera vez

La entidad advierte una “cronificación de la pobreza” en la sociedad ourensana tras la pandemia 

Para Cáritas, si el año 2020 fue “desbordante”, el 2021 resultó “incierto”, en palabras de su directora en la diócesis de Ourense, María Tabarés. La entidad benéfica advierte de la “cronificación de la pobreza” en la sociedad ourensana tras la pandemia, una situación determinada por la precariedad laboral, ya que casi un 4% de los atendidos “llevan cinco o más años recibiendo ayudas”. Así, el año pasado, 705 personas recurrieron por primera vez a Cáritas, lo que representa una media de dos nuevos atendidos cada día. Además, es preciso recordar que no solo estas personas se benefician de los programas, sino también sus familias, en muchos casos hijos menores de edad, que también sufren esta situación de vulnerabilidad.

Estos datos se desprenden de la Memoria de actividades de 2021 de Cáritas presentada ayer, en la que se realiza un amplio resumen de todas las acciones llevadas a cabo. El balance recoge un compendio pormenorizado de atenciones e inversiones desarrolladas “en un año que en principio se presentaba más estable y en el que desaparecieron muchas de las ayudas públicas para paliar los efectos de la pandemia, una situación que todavía influye mucho en la realidad social”. Si bien el número de personas atendidas descendió desde las 10.342 -incluyendo las acciones y programas tanto de Cáritas diocesana como de las 28 Cáritas parroquiales repartidas por toda la provincia- hasta las 9.139, la institución invirtió 230.000 euros más, lo que significa “que la situación de los participantes no mejora y la pobreza se cronifica”.

El perfil

El perfil social predominante de las personas que acudieron a Cáritas durante 2021 corresponde a una mujer española, habitualmente con hijos, en situación de desempleo, sin formación homologada y con unos ingresos económicos que no superan los 450 euros. Más del 60% de este dinero debe destinarlo al alquiler de una vivienda. Por su parte, las necesidades más demandadas tienen mucho que ver con las crisis actuales, ya que están relacionadas con el pago del alquiler y el de suministros básicos. Además, Tabarés indicó que “las necesidades más básicas son la vivienda, la alimentación y el vestido”. También cabe destacar la alta afluencia de personas de nacionalidad venezolana y colombiana.

Esto significa un cambio de tendencia respecto a la crisis financiera de 2008. En aquel momento, el perfil del necesitado era un hombre extranjero con escasos recursos y estudios. Si bien los extranjeros siguen soportando un gran impacto, la diferencia ahora es menor. Sin embargo, un colectivo que había sido fuertemente golpeado en 2008 vuelve a serlo en 2021, los jóvenes.

El frenazo económico laboral de 2020 sigue muy vigente en los datos de Cáritas, ya que solo uno de cada diez tiene ingresos procedentes del trabajo, una cifra algo inferior a antes de la pandemia. 

Por su parte, el obispo de Ourense, Leonardo Lemos, subrayó que esta presentación significa “un signo máis da transparencia da Igrexa”, además de agradecer a los más de 400 voluntarios que hacen posible que esta institución dependiente de la Iglesia llegue a tantas personas cada año. 

El Concello, única institución morosa: debe 280.000 euros

Cáritas está principalmente financiada por las entidades públicas, que aportan el 70% de los más de 2.350.000 euros del presupuesto de 2021, el más elevado de su historia. El remanente de este curso, de casi 90.000 euros, ha permitido a Cáritas continuar con su actividad de forma normal a inicios de 2022, ya que, a 31 de diciembre de 2021, las administraciones públicas debían 620.000 euros a Cáritas diocesana de Ourense. A lo largo de esta primera mitad de año, todas las administraciones se han puesto al día en los pagos. Excepto una, el Concello de Ourense.

Tanto la Xunta como el Estado han ido sufragando sus deudas con la entidad, y el Concello es el único que todavía no ha abonado ni un euro de los casi 280.000 que debe a Cáritas. Estas cantidades corresponden a dos partidas diferentes: la más cuantiosa, de 250.000 euros, hace referencia al convenio del comedor social, mientras que los 29.000 euros restantes tienen que ver con el proyecto de ayudas de emergencia.

Sobre este débito, la concejala de Política Social, Eugenia Díaz Abella, respondió ayer que “es algo que ocurre anualmente, porque el convenio se firma a final de año y no se incluye en el presupuesto, entonces es preciso esperar a liquidar el ejercicio y a la llegada de remanentes para poder pagar”. Díaz Abella calcula que, si no hay ningún inconveniente, esta deuda quedará saldada “a lo largo del próximo mes de junio”. 

Los problemas de salud mental: una realidad subyacente en las atenciones

La salud mental es la gran olvidada del sistema sanitario español, y no es una excepción entre los más desfavorecidos. Tabarés subrayó que este tipo de patologías “representan una de las consecuencias de mayor alcance en la pospandemia”, lo que implica que numerosas personas no puedan lograr un mayor nivel de autonomía. Desde Cáritas reconocen ser incapaces de abordar este problema y hacen un llamamiento a las administraciones para que los más desfavorecidos puedan recibir tratamientos psicológicos y psiquiátricos para favorecer su integración. 

La institución consiguió empleo a más de 60 personas el año pasado

El ámbito del empleo se ha llevado el mayor número de intervenciones de 2021. Se trabajó con 589 personas, a las que se atendió, de media, unas siete veces. Además, se lograron un total de 62 inserciones laborales, destacando el empleo doméstico (26 inserciones), los servicios de limpieza (10 inserciones), y la hostelería (14 inserciones). Además, también se consiguió empleo en sectores como las residencias de personas mayores, la distribución o la electricidad, sobre todo gracias a convenios de colaboración o al desarrollo de diversas formaciones.

El comedor social realizó más de 80.000 servicios para 857 personas

A lo largo de 2021, el comedor social dependiente de Cáritas realizó un total de 83.290 atenciones en sus seis servicios (recogida de tuppers, cenas frías, comedor presencial, desayuno, lavandería y ducha). El perfil de quienes acuden al comedor social se corresponde con hombres, españoles, de entre 50 y 59 años, sin ingresos o que apenas llegan a los 450 euros y que tienen grandes dificultades para acceder a un empleo y a una vivienda. Además, también destaca el incremento de venezolanos y colombianos.

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