El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, dispone desde hace unos días de una primera entrega del anteproyecto encargado a una empresa valenciana (que recibirá casi 18.000 euros, el máximo legal permitido para un contrato menor) para su cacareado parque acuático termal, una infraestructura que dibujó primero en Untes y ahora junto al Campo da Feira, y que solo es una muestra más de que la gran mayoría de sus iniciativas tienen pies de barro.
El documento, al que ha accedido este periódico, se compone apenas de 18 páginas en las que el estudio Arquitectura Tecno-Temática propone un parque tematizado en el Imperio Romano, apoyándolo “en que su historia se encuentra arraigada a la ciudad de Ourense”.
Lleno de generalidades, el trabajo del estudio valenciano plantea un ámbito de actuación de más de 30.000 metros cuadrados con dos zonas cubiertas, una acuática y otra termal, y otras dos al aire libre, todo ello acompañado de distintas infografías sin adaptación real al terreno. Eso sí, al final la empresa recoge que “para continuar con la siguiente fase del diseño”, solicitan al Concello “los planos del edificio”. Un ejemplo más de que el proyecto de Jácome es ahora mismo poco más que una declaración de intenciones.
En esta línea, el alcalde también recuperaba ayer la idea de rehabilitar la vieja cárcel -dijo que ya contrató el anteproyecto- y pedir a la Uned que ubique allí su sede. En caso contrario, prevé hacer oficinas municipales. Realidades, por ahora, las justas.
