En Ourense

La carta antirracista de O Couto: "Vuestro odio es tan grande que os nubla la vista"

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Los vecinos que se oponen a las cartas racistas enviadas a varios negocios latinos de O Couto se han pronunciado a través de nuevas misivas

Las cartas racistas de un grupo de vecinos en la calle Jesús Soria a los comerciantes latinos ha provocado la reacción de aquellos que se oponen a estas palabras de menosprecio. "No quisimos quedarnos callados porque eso supondría que estamos a favor de los escritos", señalan en el texto que se ha podido leer en las últimas horas en esta vía de O Couto. Para muchos de los vecinos de esta calle ourensana el racismo es "un asco" y recalcan que los problemas que pueda haber en el barrio "no tiene nada que ver" con que sean latinos. 

El texto íntegro de la carta de los vecinos de Jesús Soria: 

Los vecinos de la calle Jesús Soria estamos al límite de nuestro aguante por el comportamiento racista hacia todas las personas sudamericanas que frecuentan los locales de nuestra calle.

Las personas antirracistas somos pacíficas, tranquilas, trabajadoras, que nos levantamos y acostamos a la hora que nuestro trabajo requiera para poder llevar el pan a casa. Sin embargo, desde que los racistas habéis empezado a alzar la voz para expresar vuestro odio, la situación se ha vuelto insufrible.

Estamos hartos de vuestras miradas de superioridad y de odio, vuestra condescendencia, vuestros comentarios racistas en la panadería, vuestros corrillos a la salida de misa, de vuestro puritanismo extremo. De no poder tomar algo por las noches después de trabajar todo el día, de no poder escuchar música con libertad y de no poder disfrutar de nuestro merecido ocio sin miradas de reproche.

Vosotros no queréis integrar a nadie y no respetáis otras formas de vida. Os creéis superiores y creéis que la calle es vuestra y que todo debe hacerse de acuerdo con vuestros deseos. Odiáis a vuestros vecinos. Si tan poco os gusta convivir con gente, deberíais ir a vivir a la cima de un monte, donde no os crucéis con nadie.

Vayáis donde vayáis solo expandís vuestro odio y vuestro racismo. Y mira que quienes intentamos ser antirracistas somos gente pacífica, pero ya no lo soportamos más. Os oímos hablar por la calle, en las tertulias de televisión, y ahora os leemos en el periódico local: se nos ponen los pelos de punta. ¿Cómo puede estar pasando esto? ¿Cómo os podéis creer que el racismo que sentís os lo provocan los comportamientos ajenos? Es vuestra falta de empatía, vuestra falta de generosidad y de comprensión, vuestra malicia y envidia, lo que os provoca este racismo. No las personas que os rodean, sean del color que sean y hablen con el acento que hablen.

Y vuestros hijos, por desgracia, heredarán ese sentimiento de odio hacia lo diferente. Captan vuestras miradas de odio, os imitan cuando evitáis a los extranjeros que discrimináis, oyen vuestros comentarios racistas y los reproducen en el colegio, con sus compañeros, discriminando a todos los niños y niñas que no son como ellos. Cuando sean mayores odiarán sin motivo a sus vecinos y vecinas, que conviven con ellos de toda la vida y con quienes comparten ciudad, calle y edificio, y todo porque vosotros se lo habéis enseñado. Les habéis enseñado a odiar.

Decís que nunca los veis trabajar y eso es porque no los miráis. Vuestro odio es tan grande que os nubla la vista y solo os permite repetir como loros tópicos de drogas y prostitución

Si seguís así, nuestra rabia irá en aumento y no tendremos más remedio que miraros con la misma cara de odio con la que vosotros miráis a nuestros vecinos sudamericanos.

Firmado: Unas vecinas y vecinos muy cabreados con vuestro comportamiento racista.

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