La cartelería ilegal ha encontrado un paraíso en la plaza de Paz Nóvoa, ante la pasividad de las autoridades municipales.
Las paredes del recinto, sometido recientemente a una cara remodelación, están repletas de marcas de cinta adhesiva y pegamentos utilizados por empresas y entidades de todo tipo para anunciar gratis su negocio aunque ello suponga afear y deteriorar el patrimonio público, a costa del dinero de todos los contribuyentes y burlando la normativa municipal que prohíbe esta práctica.