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Una casa en ruina que costó 200.000 euros al Concello será para oficinas

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photo_camera A la izquierda, entrada del inmueble por la praza da Trinidade. A la derecha, la vista desde la iglesia.

El inmueble, en la praza da Trinidade, pertenecía al expresidente de la CEO Francisco Rodríguez García

El Concello de Ourense prevé ampliar las dependencias municipales con nuevas oficinas en la zona sur del Casco Vello, en una parcela contigua a donde se ubica la Concejalía de Urbanismo, en la rúa García Mosquera.

Para ello, adquirió tras un desembolso de 200.000 euros un inmueble en la praza da Trinidade número 5 perteneciente a la entidad mercantil Consulting Informática e Investigación Empresarial, de la que es presidente el expresidente de la Confederación de Empresarios de Ourense (CEO), Francisco Rodríguez García.

El edificio tiene la declaración de ruina técnica y, en su momento, le fue concedida una licencia de demolición que no llegó a ser expedida, confirma el concejal de Urbanismo, José Cudeiro, que explica que "el proceso de compra viene desde años atrás".

Según el edil, para evitar llegar a un proceso expropiatorio que se prolongaría en el tiempo, el propietario solicitó acogerse a la denominada "expropiación por ministerio de la ley", que permite a la administración trasladar una oferta. "Nos pareció razonable el precio, tal y como reflejaban todos los informes, y se decidió impulsar por un tema de agilidad, ya que al Concello le conviene", indica Cudeiro, que explica que, en caso contrario, el precio a pagar hubiese sido más elevado más adelante.

En el acta de la junta de gobierno del 15 de junio de 2017, en la que se dio validez a la propuesta de Urbanismo, se recoge que la valoración técnica fijaba el precio de la casa, de 290 metros cuadrados, en 215.770 euros. Según el PERI del Casco Vello, se sitúa en una zona destinada para equipamientos, de ahí la intención de que se instale alguna concejalía.

Intenciones

Cudeiro explica que la intención del Concello era concluir el proceso de compra del inmueble meses antes, pero no llegó a tiempo el informe del interventor para avalar la modificación presupuestaria que liberase los fondos necesarios.

Ahora, el Concello deberá retomar el proceso de demolición del edificio y, posteriormente, llevar a cabo las obras necesarias para hacer realidad el nuevo edificio administrativo.

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