REPORTAJE

Entre el castigo y la necesidad

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Los alcaldes de los concellos afectados por la ampliación de las restricciones en la provincia opinan sobre su eficacia, discrepando en muchos puntos pero coincidiendo en que serán mortales para la hostelería.

Tras conocer la ampliación de las duras restricciones de la Xunta por el covid a muchos concellos de Galicia, los alcaldes de las localidades afectadas en el área perimetral de Ourense -Amoeiro, Coles, Pereiro de Aguiar, Toén, San Cibrao y Barbadás- valoran, con disparidad de opiniones, la efectividad de su implementación, coincidiendo unánimemente en la negativa repercusión que estas tendrán en el sector hostelero.

"Vivo con indignación esta inesperada situación, os veciños estaban facendo un exercicio de responsabilidade excelsa", comenta José Luis González, alcalde del PSOE de Amoeiro, recalcando que, con una tasa de solo seis casos entre sus 2.340 habitantes, "non é xusto este castigo, non o merecemos". 

Desde el Concello de Coles (3.050 habitantes), el regidor socialista, Manuel Rodríguez, coincide en apuntar que "no han aplicado el sentido común en estas medidas, hay que ser realista", señalando que "las entendemos -no todas- y las acataremos, pero creo que no se van a cumplir los pronósticos de su eficacia".

Xosé Carlos Valcárcel, dirigente socialista de Barbadás (11.037 habitantes), se abona a la opinión de parte de los mandatarios, reconociendo "todavía indignado" que "son unhas medidas que chegan tarde, derivadas dunha mala xestión inicial baseada en parches e cribados a destempo", asegura.

Templanza popular

Por otra parte, los populares llaman a la calma y a la unidad para superar este mal trago. Luis Menor, alcalde de Pereiro (6.275 habitantes), expone que "pese a que aquí estamos en los mejores números de los últimos tiempos, entendemos las razones por las que se aplican las restricciones", explicando que "es una decisión técnica para preservar la salud y afrontar la Navidad y todo lo que venga después con garantías". De la misma opinión es Manuel Fernández, regidor de San Cibrao (5.405 habitantes), quien asegura que "la gente no se toma en serio las medidas, y esta es una decisión técnica para prevenir en favor de la salud de todos los vecinos". Ricardo González, alcalde de Toén (2.355 habitantes), reconoce que la ampliación de restricciones "no es una buena noticia, y soy el primer preocupado, pero la situación en la que estamos como país, comunidad y provincia, nos exige tomar acciones para detener la tensión del sistema y que no se convierta en algo insostenible".

Hundimiento hostelero

Si en algo coinciden los dirigentes, es en la grave repercusión que esta ampliación tendrá en el sector hostelero: "De nove bares que hai no concello, percíbese unha responsabilidade extraordinaria en todos eles, e siguen sinalándoos como culpables", afirma González. 

Por su parte, Rodríguez incide en el hecho de que "se puede ir al cine o a eventos culturales, pero no a tomar algo al lado de casa, es un sisentido". En su línea de mesura, Menor pide paciencia y, si bien reconoce que "es el golpe más duro que recibe la hostelería hasta ahora", confía en la buena disposición de la Xunta para sostener al sector: "Están trabajando en paquetes de ayudas para los damnificados, demostrando su apoyo incondicional a esta situación".

Movilidad polémica

Otro de los temas candentes es la apertura a la movilidad entre el perímetro confinado, algo que ha generado diversas reacciones entre los mandatarios. Entre los que celebran sacar algo positivo de esta contundente decisión, Menor expone que "hemos recuperado la movilidad entre la ciudad y el concello", al igual que  Valcárcel, el cual reconoce que "agora temos a posibilidade de desprazarnos dentro do anel perimetral".

En la otra cara de la moneda, Rodríguez no entiende el "cambio de criterio", y aduce a la "falta de sentido común" el permitir los viajes intercomarcales: "O propiciará esto é que a xente se desplace a segundas residencias en lugares con pouca incidencia, ou organice festas en concellos sen tantos recursos como o de Ourense para controlar o problema", asevera.

González admite que, muy a su pesar, "pagan justos por pecadores", advirtiendo que "va a ser un cachondeo; Cachamuíña el viernes va a estar a tope". 

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