La mayor parte se destina a mantenimiento del templo, lo que resulta ‘insuficiente’, según su gestor

Los cepillos de la Catedral recaudan 3.500 euros al mes en limosnas de los feligreses

Una mujer inserta una moneda para las velas que hay ante el San Antonio, en la Catedral. (Foto: Xesús Fariñas)
Las limosnas de los cepillos de la Catedral representan para los fieles una manifestación de devoción y para el templo una parte fundamental de su sustento. Los donativos ascienden a una media de 3.500 euros al mes, pero sólo el gasto de luz ronda los 1.000 euros y llenar la calefacción (cada dos meses) 4.000. Además, 1.000 de esos euros corresponden al cepillo de San Antonio, que va destinado a los pobres.’Hay que hacer encaje de bolillos’, explica el archivero del templo, Miguel Ángel González.
La devoción de los feligreses, además del rezo de oraciones suele dejar también limosnas a los santos. Estos donativos de los fieles tienen para las iglesias un peso excepcional. Es el caso de la Catedral de Ourense, donde la recaudación obtenida en los cepillos se convierte en un factor fundamental para el mantenimiento del templo. De ellos obtiene al mes una media de 3.500 euros, aunque no toda la cuantía va destinada a la subsistencia de la Catedral. De hecho, 1.000 de esos euros los recauda mensualmente un único cepillo, el de San Antonio, que es el que más limonas recibe, pero que se trata de dinero destinado íntegramente a los pobres.

Para su mantenimiento, el templo tiene que recurrir al resto de cepillos distribuidos por la Catedral, que, entre todos, dejan una media de 2.500 euros mensuales. La cuantía es similar a la de años precedentes, pero resulta ‘insuficiente’ para la labor a la que va destinada, según explica el canónigo archivero de la Catedral, Miguel Ángel González. Con ese dinero, el templo tiene que hacer frente al pago de los sueldos de tres empleados, la luz y la calefacción.

Sólo el gasto medio de luz al mes ronda los 1.000 euros, pero lo que más preocupa a los responsables de la Catedral es la calefacción ante el ‘elevado pre cio’ que tiene el gasóleo. Llenar el depósito de la calefacción, manifiesta Miguel Ángel González, supone un desembolso de 4.000 euros, siendo necesario reponer cada mes y medio o dos meses como máximo. ‘Hay que hacer encaje de bolillos’, explica González, quien cree que la gente no colabora mucho ‘porque hay la idea de que la iglesia es muy rica’. Los donativos individuales y el alquiler de dos bajos son un apoyo extra.

Te puede interesar