Cerca de uno de cada cinco contratos en Ourense acaba a la semana

La oración principal dice que la contratación regresa, pero la subordinada acota: la temporalidad es tan importante que casi uno de cada cinco contratos que se hacen en la provincia expira antes de una semana. Así de concluyentes son las cifras que da el Ministerio de Trabajo cuando certifica que de los 7.175 contratos iniciales firmados en Ourense en junio pasado, 1.266 duraron menos de siete días; es decir, el 17,6% de los totales. Si la lupa se separa, la situación no mejora. Si a los de una semana se le suman los 714 que concluyen antes del mes la cantidad se eleva hasta las 1980 relaciones laborales establecidas, por lo tanto el 27,5% del total. La pandemia, que ha disculpado muchas situaciones laborales, no justifica el comportamiento del mercado. En el 2019, un año antes de la llegada del virus, los datos aún eran más elocuentes porque de los 8.195 contratos firmados en junio, 2.240 tuvieron una duración máxima de una semana, por lo tanto con una tasa del 27,3% diez puntos más que este año. La prudencia o la desconfianza en la evolución económica llevan a los empresarios a realizar un planteamiento muy conservador. El 26,3% de los contratos de junio tenían una duración máxima de seis meses, mientras que únicamente un 2,5% de los que entraron a trabajar ese mes lo hacían con la garantía de hacerlo durante un año. El Ministerio de Trabajo también audita la enorme brecha de temporalidad que existe en el mercado laboral: de los 7.175 contratos de junio únicamente el 5,1% (369) eran indefinidos. Desde el punto de vista sectorial, una vez más la hostelería ha puesto una marcha más para acoger trabajadores, aunque eventuales. Eso sí, las restricciones últimas han vuelto a teñir de sombra la futura evolución positiva del gremio. Sí es cierto que los accesos a las empresas se recuperan, pero a costa de la estabilidad. Un estudio de Ranstad, empresa de recursos humanos, indica que a nivel provincial, en el primer semestre de este año, Ourense ha experimentado el mayor incremento en la contratación temporal (25,6%), seguida por Pontevedra (23%), A Coruña (17,2%) y Lugo (12,4%). En lo que se refiere a volúmenes totales, Pontevedra (148.434) y A Coruña (138.331) lideran la lista, seguidas por Lugo (32.664) y Ourense (28.009). El tramo de edad entre 25 y 29 años, el más beneficiado Los jóvenes con edades comprendidas entre los 25 y los 29 años están en el tramo que ha tenido más facilidad para encontrar trabajo en junio, pero lo hace con una alta tasa de temporalidad. De los 7.175 accesos firmados en la provincia, 1.204 estaban en el rango de edad citado, lo que representa el 16,7% del total. Ha sido un buen mes también para los de 20 a 25 años, ya que han entrado en el mercado laboral 1.191 personas. Por el lado contrario, a medida que la edad avanza, las posibilidades de encontrar empleo se reducen de forma drástica. Por ejemplo, solo el 3% de los contratados (318) habían cumplido los 60 años, pero aún es más reducido el número de accesos de chicos de entre 16 y 19 años: el 2,7% del total (198). La hostelería es la responsable del tirón laboral en toda España El número de contratos registrados en toda España en junio ha aumentado un 55 % respecto al año pasado, cuando el país aún estaba en el proceso de desescalada, fundamentalmente por el dinamismo de la hostelería y por el mayor impulso de la contratación temporal. Se firmaron 1.798.047 contratos, 638.445 más que un año antes, aunque aún lejos de los dos millones que se rubricaron en junio de 2019. En la hostelería, cuyos contratos crecieron un 157 % en junio respecto a un año antes, destacan los hechos con carácter temporal (300.521) que representan al 91,2 % de los suscritos y que crecieron un 167 % frente a junio de 2020. Al mirar la duración, un 22 % de los contratos tuvo menos de una semana de duración, un porcentaje que ya se daba antes de la pandemia y que muestra la elevada rotación que rige el mercado laboral en España. “La contratación laboral tal y como está diseñada en España es un obstáculo”, señaló la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, cuando presentó los datos del paro de junio, mes en el que el mercado laboral se situó “en la senda contractual de antes de la pandemia”. Para atajar la elevada temporalidad, el Ministerio de Trabajo negocia con los agentes sociales una reforma en la que quiere fijar como tipo de contrato ordinario el indefinido e impulsar el fijo discontinuo para circunstancias que ahora se cubren con contratos temporales.