La desescalada ha llegado como un soplo de aire fresco a uno de los juegos tradicionales por antonomasia de la provincia: la "chave". Y es que tras las restricciones que impedían juntar a no convivientes, los habituales del Club de Chave de la Alameda de la ciudad se quedaron sin entrenamientos. "Un día veu a policía e díxonos que non podiamos". Ahora llevan un año, desde marzo, sin competir, aunque han regresado a entrenar. "Levamos sen competir desde o mes de marzo, xa vai para un ano, pero alomenos cando a epidemia o permitía iamos facendo algúns adestramentos". Ayer, volvían a la cancha de la Alameda con ilusión. Solo cuatro, eso sí, para guardar los protocolos de seguridad. "Aquí estamos como queremos, facémonos o cafeciño e pasamos a mañá", relataban ayer en un entreno dos para dos. Tienen claro que tiene que ser con precauciones: "En canto non esteamos todos vacinados non pode haber moita xente", señala Norberto Araújo. "Hai que ter ficha para xogar, como xa nos dixeron os policías. Se veñen temos que ensinar a ficha", explica.
Este deporte tradicional ha perdido adeptos con los años. "Chegamos a ser 280 fichas no clube, agora andamos polos 30", lamentan. La competición a nivel gallego la perdieron y juegan a nivel provincial: "Xa non nos axudan as institucións, nin Concello nin Deputación dan un peso".
Moreno, 85 años y dos operaciones, pero con fuerzas
Manuel Martínez "Moreno", antiguo dueño de la armería de A Ponte, tiene 85 años y lleva más de 50 en la chave. "Cheguei a ser campión de Galicia", presume. Confiesa que "xa hai menos forzas", comprensible, por la edad y sus operaciones de colon y vesícula. Sus compañeros revelan cuánto bien le hace esto. "Se non, igual xa non se movía".