El Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) acogió la primera cesárea programada con acompañante, días después de aprobar un protocolo multidisciplinar para fomentar la humanización del parto. La madre, Fernanda, estuvo acompañada durante todo el proceso por su pareja, Wesley, al contrario de lo que sucedía hasta ahora -el acompañante debía permanecer en la sala de espera durante la intervención quirúrgica-.
La medida supone un antes y un después, tanto para las madres como para sus acompañantes. “Al saber que él podía entrar quedé muy contenta, estaba muy feliz. Me sentí segura porque estaba conmigo y todo salió bien”, asegura Fernanda. Tanto ella como su pareja recuerdan la cesárea del primer hijo, en la que Wesley se quedó fuera. “La primera vez no estaba tranquila, estaba yo sola”, recuerda. Él reconoce los nervios, pero agradece la posibilidad de estar a su lado: “Me quedé muy contento de acompañarla, de ver el nacimiento de primera mano. Es una experiencia única y esta es una muy buena medida”. Residentes desde hace unos años en Allariz, Fernanda y Weslwy proceden de Goiá, Brasil.
El protocolo
El protocolo, promovido por la dirección del área sanitaria y liderado por el servicio de Ginecología y Obstetricia, aporta beneficios a las madres, padres y recién nacidos, ya que fomenta el apego y el contacto piel con piel, además del apoyo emocional. Cabe destacar que el acompañamiento se permite en aquellos casos de cesáreas programadas, no en las de carácter urgente. La iniciativa fue aprobada por todos los colectivos profesionales implicados en estos procedimientos (ginecología, pediatría y anestesia y reanimación), así como con la supervisión del equipo de partos, matronas, la dirección de enfermería y la de procesos asistenciales.
Según las estimaciones del servicio de Ginecología, está previsto que alrededor de 230 parejas de toda la provincia se puedan acoger a esta nueva medida, de acuerdo al dato histórico de las cesáreas programadas atendidas cada año en el área sanitaria.
El acompañamiento continuado entre madre e hijo lleva ya varios años implantado, tanto en los partos vaginales como en las cesáreas. Las mujeres están con sus bebés durante todo el proceso posterior al alumbramiento, incluso en aquellos casos en los que tengan que acudir a la unidad postanestésica. Cuando la atención de la madre no permite el contacto continuado con su bebé (por ejemplo, si requiere anestesia general), se facilita el contacto piel con piel con el acompañante, algo que ahora podrá ser más inmediato, al encontrarse en el propio quirófano.
