“Es una campaña para dañar mi nombre", afirma el presidente de la Federación Gallega de kickboxing
El presidente de la Federación gallega de Kickboxing, Cipriano Gomes, declaró ayer en el Juzgado de Instrucción 2 de la ciudad en calidad de investigado por los delitos de coacciones y falsedad documental. Todo ello en relación a una denuncia presentada por la Fiscalía de Ourense que tiene como punto de partida un enfrentamiento en vía administrativa con algunos árbitros.
El colectivo de jueces deportivos que estaba en activo en 2020 lo había denunciado frente al Comité Galego de Xustiza, pero una resolución emitida el 31 de marzo de este año archivó el caso por no encontrar indicios suficientes de que Gomes abusase de poder, intimidase a los árbitros o impidiese convocatorias deportivas. El colectivo arbitral acusó al púgil de intimidarlos durante un campeonato por contradecir sus instrucciones, les indicó expresamente como debían interpretar la normativa -supuestamente excediéndose de sus funciones como director técnico de la federación-. Además, se le acusa de falsificar o incluir la firma de otro juez deportivo en un acta diferente a la original.
El propio Gomes lo atribuye a “una campaña para dañar” su nombre y confía en que al final el resultado vuelva a ser favorable. El deportista ya fue condenado en 2017 a dos años de prisión por un delito de falsedad documental mercantil.
