La ciudad y O Irixo, bases del mantenimiento del ferrocarril

La red ferroviaria gallega presenta un conjunto muy heterogéneo de líneas que suman unos 1.365 kilómetros, repartidos en ancho métrico (146,3 km, de Ferrol a Ribadeo), estándar (103, desde Pedralba a Taboadela), mixto ibérico-estándar (16, de Taboadela a Ourense) y los 1.090 restantes, de ancho ibérico. Heterogeneidad también por la tipología de las líneas, pues dentro de las de ancho ibérico, encontraremos alta velocidad (87 km) en el corredor Ourense-Santiago, altas prestaciones (155 km) en el corredor del eje atlántico A Coruña-Vigo y de todo un poco, en el resto de las líneas y ramales que van desde las troncales de A Coruña a Rubiá de Valdeorras y de Vigo-Guixar a Monforte de Lemos, a la vieja línea de Zamora desde Puebla de Sanabria hasta Santiago de Compostela, así como los ramales que conectan Ferrol y Betanzos y Guillarei con la frontera portuguesa, entre otros de menor longitud. La competencia de todas estas líneas está repartida entre Adif y Adif Alta Velocidad. Pero ni Adif ni Adif AV se ocupan del mantenimiento de sus líneas, al no disponer ni del personal ni de los medios técnicos para tal tarea. Tales operaciones son externalizadas mediante contratos a empresas especializadas que desarrollan esa actividad desde Ourense, en el caso de las líneas convencionales y desde O Irixo en las de alta velocidad. A efectos de mantenimiento la red gallega fue repartida en dos contratos. El primero comprende la infraestructura y vía de líneas convencionales y de ancho métrico (algo más de mil kilómetros), adjudicado por dos años a una unión temporal que está integrada, entre otras empresas por Copasa, Comsa y Ferrovial. Formalizado en agosto de 2021, estará vigente hasta el otoño de 2023. Sin embargo, los 360 kilómetros más transitados y a más velocidad todavía no tienen adjudicado el mantenimiento. Eje atlántico, línea de alta velocidad entre Ourense y Santiago, así como la nueva línea Pedralba-Ourense tendrán que esperar hasta después del verano. En las dos primeras se subsana prorrogando el contrato anterior. En la nueva tendrán que confiar en el mantenimiento incluido en el contrato de construcción. Un tren explorador sale de A Ponte cada mañana para abrir camino al AVE Cada madrugada, a las 4.30, sale de la estación de Ourense un tren explorador, al mismo tiempo que otro lo hace de Chamartín. Ambos recorren la línea de alta velocidad hasta Toro, punto en el que se encuentran y regresan a origen, para comprobar que la vía está apta para la circulación de los trenes comerciales. Ese es el primer filtro de control en un estricto sistema de mantenimiento que se lleva a cabo en infraestructura, vía, línea eléctrica, señalización y demás equipos que tienen que ver con la circulación ferroviaria. Si en las líneas de alta velocidad estas medidas son especialmente minuciosas, que contemplan desde televigilancia hasta supervisión a pie de vía, en las convencionales también se llevan a cabo de acuerdo con los protocolos que establece la Dirección General de Mantenimiento de Adif. En el mantenimiento preventivo destacan las labores de inspección, encomendadas a técnicos especialistas, de vía y aparatos de vía, instalaciones técnicas, infraestructura, y dentro de ella, obras singulares como túneles y viaductos en los que se realiza una inspección básica anual. A ello hay que añadir el que se realiza tras producirse una incidencia, consecuencia de un fallo, accidente o causas ambientales y que se incluye en las labores de mantenimiento correctivo.