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La ciudad traza un plan contra las barreras arquitectónicas

El Concello elabora un borrador de ordenanza para facilitar el día a día a las personas con discapacidad. 

El Concello de Ourense trabaja en un plan para eliminar las barreras arquitectónicas en espacios y edificios públicos, estacionamientos, proyectos de urbanización o establecimientos comerciales. Para ello, la Concejalía de Urbanismo ha elaborado un borrador de ordenanza, que tienen en su poder los cuatro grupos políticos para hacer aportaciones y mejorarla, en el que se recogen varias disposiciones normativas que buscan conseguir una "accesibilidad universal", con recomendaciones y actuaciones necesarias para ello.

La aplicación de la ordenanza, en el momento en que entre en vigor, permitirá crear itinerarios peatonales accesibles para facilitar los desplazamientos de las personas con movilidad reducida. Entre los requisitos, que discurran siempre de manera adyacente a la fachada, tengan una anchura mínima de 1,80 metros, una pendiente longitudinal máxima de seis metros, una transversal de dos y que estén libres de obstáculos. La altura máxima de los bordillos, que deben estar rebajados en todos los pasos de cebra, será de 12 centímetros, mientras los pavimentos serán antirresbaladizos y no contarán con rejillas o alcorques.

En lo que respecta a las zonas de aparcamientos, sean de titularidad pública o privada, deberán reservar, como mínimo, una plaza para vehículos que transporten a personas con movilidad reducida por cada 40 que haya. Estas tendrán que situarse en los puntos más próximos a los itinerarios peatonales accesibles o edificios.

La ordenanza reserva un capítulo para los parques, jardines y espacios públicos urbanos.En estos, los itinerarios deberán estar perfectamente señalizados de manera visual, tendrá que haber áreas de descanso cada 100 metros que no interfieran con el recorrido, un mantenimiento y poda periódicos de la vegetación y una correcta iluminación.

La propuesta de Urbanismo especifica también que el mobiliario urbano adosado a las fachadas debe estar a una altura mínima de 2,20 metros, mientras que los semáforos deberán situarse lo más cerca posible a la línea de detención del vehículo y tener, en los cruces peligrosos, un dispositivo sonoro para facilitar el paso de los invidentes.

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