El obispo de Ourense oficia una eucaristía para celebrar la apertura del octavo centenario de la Orden

Las Clarisas de Vilar de Astrés acogen monjas ecuatorianas para suplir la falta de vocaciones

Un grupo de monjas clarisas de Vilar de Astrés, en la apertura del octavo centenario de su fundación. (Foto: Xesús Fariñas)
La Orden de las Clarisas, compuesta por dos conventos claustrales en la provincia (Ourense y Allariz), celebró ayer con una eucaristía oficiada por el obispo, Luis Quinteiro Fiuza, la apertura del octavo centenario de su fundación, en el convento de Vilar de Astrés, donde viven un total de 20 monjas, de las que tres son ecuatorianas, llegadas en 2001, 2003 y 2005, ‘para suplir la falta de vocación de las mujeres en la provincia’, según explica la madre ‘abadesa’ o directora de la comunidad, Sor María Pilar.
En el 2012, la Orden de las Clarisas festejará el octavo centenario de su fundación, y tres años antes, como dictan los estatutos de la Federación Gallega de Hermanas Clarisas, las distintas parroquias y conventos de la provincia deben celebrar la apertura de sus actos conmemorativos. Así, el obispo de Ourense, Luis Quinteiro Fiuza, ofició ayer en el convento de Vilar de Astrés una eucaristía la que acudieron las cerca de 50 monjas que integran la comunidad clarisa en la provincia.

Esta comunidad se estructura en la provincia en dos conventos claustrales, uno en Allariz, donde viven 26 monjas, y otro en Vilar de Astrés, donde residen otras 20 mujeres, de las que tres son ecuatorianas y llegadas en 2001, 2003 y 2005, ‘para suplir la falta de vocación de las mujeres en la provincia’, según explica la madre ‘abadesa’ o directora de la comunidad, Sor María Pilar, quien aclara que esta rama femenina de la segunda Orden de San Francisco, fundada por Santa Clara de Asís, vive ‘una situación vocacional muy complicada, incluso más que en el caso de los curas, pues tenemos que luchar contra la falta de piedad de algunas familias que no dejan a sus hijas incorporarse a la Orden, y contra el libertinaje y la vida mundana de las sociedad en general, que a veces peca de frívola y de soberbia sobre todo entre los jóvenes’.

Sor María Pilar explica tam bién que a pesar de que este año no planean solicitar el traslado de monjas extranjeras al convento, tampoco descartan la posibilidad ‘para el próximo año’, si la falta de vocación continúa, aunque mantenemos la esperanza de que la juventud escuche la llamada de Dios’.

Puntualiza además que los países que mayor afluencia vocacional registran, y de los que se nutren la mayoría de los conventos españoles, son México, Venezuela, Ecuador y Colombia, de América Latina; Kenia, de Africa, y la India, en Asia.

Soledad claustral

¿Cómo transcurre la vida de las 20 monjas del convento de las Clarisas en Vilar de Astrés? Para la madre directora, Sor María Pilar, la respuesta se basa en ‘trabajo, rezo y retiro espiritual’.

Así, la veintena de mujeres del convento comienzan el día a las 6.15 de la mañana, una hora más tarde se dirigen al coro para realizar el canto de laudes y maitines. A las 8.00 horas se inicia la Santa Misa, que da paso paso al rezo de la tercia de salmos y a la hora canóniga. A las nueve de la mañana desayunan, para después comenzar el trabajo. La mayoría de las monjas se dedican a la confección artesanal de bordado textil, cuyos productos son comercializados por el Obispado de Ourense. A la 13 horas vuelven al rezo, que precede a la comida. Después, hay un pequeño descanso que concluye con la vuelta al trabajo hasta las 19 horas. La jornada finaliza con cánticos en el coro del convento y con el rezo del rosario, justo antes de la cena, a las 20 horas.


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