En el comedor escolar también se evidencian las desigualdades sociales. No porque haya diferencias entre ellos, sino porque los alumnos dejan evidencia la situación que se vive en casa. Una información de La Región alerta de que los docentes de varios colegios se han percatado de que algunos alumnos no hacen más comidas al día que la que reciben en el colegio y que las asociaciones de padres proponen recoger alimentos para ayudar a estos escolares.
Parece que caminamos hacia una sociedad con mayores desigualdades entre los que viven con desahogo y los que notan las evidencias de la crisis hasta en la alimentación. Entidades como Cruz Roja atiende a personas y familias que pasan por muchas dificultades, entre ellas las económicas. El comedor social de Cáritas sigue despachando decenas de comidas a diario y el Banco de Alimentos también sigue entregando lotes para los más desfavorecidos.
Conviene tener estos datos en cuenta para cuando hablemos de una sociedad bien estructurada y que camina para combatir la desigualdad. No parece ser cierto. Al contrario, la brecha se agiganta cada vez más. A ver quién cierra esta herida.
