La antigüedad del parque móvil ourensano es una de las amenazas para la seguridad vial, al menos en teoría. Los datos de la DGT certifican que un 13% de los coches superan los 30 años y dos de cada tres tienen más de 15 años y siguen rodando.
El mercado del automóvil está moviéndose a una gran velocidad y Europa trata de poner fecha de caducidad a los motores de combustión para sustituirlos por los eléctricos. La verdad es que esa transición aún debe superar muchas barreras, mucho más en Ourense.
La evolución de las ventas de automóviles tiene mucho que ver con la situación demográfica de la provincia. Cuanto más envejecidos, menos necesidad de vehículo, de ahí la queja del sector, que ve como es muy complicado cerrar operaciones de compra.
Está claro que la provincia es muy cómoda para muchas cosas. Tranquilidad, pocos ruidos, buena comida y longevidad. Ourense sí es país para viejos, incluidos sus coches.
