Ayer se conocían los datos del paro y por lo que a Ourense respecta, aún hay más de 15.000 personas que no tienen trabajo o están inscritos como demandantes, también para mejorar su actual situación.
Hoy leemos que no hay trabajadores para infinidad de sectores y que actividades como la de las reformas en la construcción tienen que rechazar contratos por falta de mano de obra. No solo en este gremio, sino en muchos otros no se produce lo demandado porque no hay trabajadores o ganas de trabajar.
No hay relevo generacional para muchos oficios aún activos, lo cual no mejora la expectativa de solución. Ante esto, la Administración se lame las heridas diciendo que miran cómo solucionar estas cuestiones, cómo adaptar la formación a las necesidades de las empresas y cosas parecidas. Propósitos tan aseados como vacíos de contenido.
Pero no solo debe sentirse concernida la Administración. Debiéramos como sociedad analizar qué valores se inculcan a las nuevas generaciones y cuáles son las formas para solventar este problema, que es muy grave. A lo mejor no estaría de más, para empezar, recuperar el clásico “levántate de cama y ponte a trabajar”. Si no es molestia, claro.
