Como cada día, Antonio Nespereira trae en un solo minuto la "Clave del Día" de La Región en Ourense. Un mes después de que el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, luciese tipo y bañador metiéndose en las pozas termales de la ribera derecha del Miño, el agua del río se llevó también por delante aquella foto y la diluyó, como todo el termalismo urbano.
Han llegado las lluvias y las pozas han quedado anegadas, un auténtico clásico de nuestro termalismo a tiempo parcial. Muy débil debe ser nuestra apuesta por el sector cuando la ciudad se promociona como capital termal, hace congresos sobre el tema, organiza ferias para presumir por el mundo y luego ni el planeamiento actual permite la construcción de un hotel ni las dotaciones existentes se pueden utilizar porque se inundan en otoño e invierno.
Y en la orilla, como el resto de los ciudadanos, el alcalde en albornoz mira el cauce a ver si baja y se puede meter en agua caliente. Pues que no se enfríe, porque esto va para largo.
