Los comuneros de Ourense: “Perdemos tempo e diñeiro”

Monte en el concello de Celanova, de propiedad vecinal.
photo_camera Monte en el concello de Celanova, de propiedad vecinal.
Los comuneros defienden su modelo de gestión del territorio y niegan que sea un tipo de propiedad más conflictivo que otros. Apuntan que no conocen casos de comunidades de montes que se lleven el dinero de todos de forma irregular

“Este é un dos modelos máis democráticos que existen, xa que lle dá aos veciños potestade sobre a súa terra, con dereito a equivocarse coma calquera”, afirma el presidente de la Organización de Montes Veciñais Galegos, Xosé Pereira, que se erige como firme defensor de este modelo originado en el derecho germánico del siglo VI. Para sostener su afirmación, Pereira alude al derecho de revocación, ese que permite que si el 20% de los comuneros está en desacuerdo con la junta directiva, pueden autoconvocar una asamblea para que se nombre a otra gestión. “Algo así non ocorre en ningún outro sitio”, asegura. Eso sí, reconoce que “obviamente hai comunidades que funcionan mal, pero é cousa de persoas, non do modelo”.

El presidente de los comuneros gallegos indica que este régimen de propiedad no tiene por qué suponer un freno a las actividades que sean beneficiosas para el territorio. Además, explica que “hai moitísimos exemplos en que os montes veciñales teñen campos de fútbol, hospitais, escolas… e todo isto sen perder a propiedade. No caso dos eólicos, aínda que haxa algúns problemas, hai moitos nos que tamén se chegan a acordos cos comuneiros”.

Emilio Pato es un buen conocedor de esta realidad, pues preside la comunidad de montes de A Chaira, en Pereiro de Aguiar. Ahora están trabajando en la colocación de paneles en los que se pueda ver el mapa de la zona y las prohibiciones que hay en él. Sobre los ataques a las gestoras de las comunidades, Pato es claro: “A xente non sabe os cartos e o tempo que se perde”. Indica que al ser los responsables del monte, son los responsables de toda la actividad y que tienen que estar pendientes, en su tiempo libre, de todo tipo de cuestiones. Sobre si se llevan o no dinero, dice que “polo menos na nosa comunidade, nunca se dá o diñeiro na man, todo vai por transferencias e legal”. Añade que “todos os cartos que entran acaban invertidos no monte”.

Sobre las negociaciones con comuneros, “non é máis difícil que negociar cun propietario privado”. Relata su caso con una empresa de paneles solares para crear un parque. Explica que la decisión fue consensuada entre los comuneros y que, “aínda que estabamos conformes cos cartos que nos ofrecían polo alugueiro, consideramos que a conservación paisaxe e o noso monte eran máis importantes ca o diñeiro”. Además, apunta que han cedido terrenos a Xunta o Diputación únicamente a cambio de que lo mantengan limpio, sin más dinero de por medio.

Felisindo Dapía, que lleva desde 2017 al frente de la Comunidade de Montes de Bousés, en el concello de Oímbra. “Aquí cartos non hai. Non hai repoboacións de piñeiro, nin canteiras, nin parques eólicos. Non hai problemas de repartir cartos porque non os hai”. La falta de población ataca a esta comunidad, ya que apenas quedan menos de 100 vecinos en la zona y comuneros apenas llegan a la veintena. Además, esta improductividad provoca que la gente no quiera ser parte de la propiedad común. 

Apunta también a los incendios como un factor crítico, ya que, en su caso, el fuego fue el responsable de acabar con unas plantaciones que tenían en su terreno. “O pouco que había queimouse todo”, lamenta. Por último, alude a la gran división de las parcelas como otro factor que hace más complicado que las zonas boscosas sean productivas o atractivas a las empresas.

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