EN LA CIUDAD

El Concello anuncia obras para frenar el deterioro del Parque Infantil

<p></p>

Las quejas vecinales obligan a los responsables policiales a redoblar la vigilancia para disuadir a los "okupas" y evitar peleas

Las quejas vecinales por la inseguridad que se vive en parques como los emplazados en las alamedas do Concello y Cruceiro, San Lázaro e incluso el Jardín do Posío, en el centro de la ciudad, hacen mella en las autoridades locales. El miedo lo generan varios grupos de "okupas", integrados en su mayoría por indigentes, que ven en los espacios de ocio un buen lugar para disfrutar, a veces durante las 24 horas, del alcohol hasta emborracharse, trapichear con sustancias tóxicas, discutir y pelearse, comer, dormir e incluso orinar y hacer otras necesidades como si de un baño público se tratase. Y todo sin importarles el resto de usuarios, en su gran mayoría padres y madres con niños de corta edad, que acuden a las citadas zona a jugar (hay parques infantiles).

La concejala de Seguridad Ciudadana, Flora Moure, reconoce que las quejas vecinales por la presencia de estos grupos, canalizadas en los últimos días a través de La Región, aumentaron en el Concello y "vamos a intensificar la vigilancia policial durante las 24 horas para garantizar la seguridad de todos los usuarios", apuntó, recordando que hay unas normas cívicas "que todos debemos respetar".

Pero la presencia policial no es la única medida. Moure ya analizó la situación con su compañero de gobierno encargado de Infraestructuras, José Araújo, para acometer mejoras, que comenzarán en la Alameda do Cruceiro, donde el problema es más acuciante. "Hay que reconocer que este espacio de ocio, además de la presencia de estos grupos, está bastante degradado y precisa un lavado de cara, adecentarlo", comentó.

El grupo habitual de indigentes se instaló a las ocho de la mañana de ayer en la Alameda de Cruceiro y permanecía en el mismo sitio (en un paseo lateral) a las seis de la tarde, cuando uno de ellos se enfundó en un saco de dormir y se tumbó en un banco público, mientras el resto se disponía a comer productos que llevaban en bolsas de plástico.

Las quejas por inseguridad también tuvieron eco en la Subdelegación del Gobierno. Su titular, Roberto Castro, se mostró preocupado porque las familias, sobre todo padres y madres con niños, vean coartada su libertad a la hora de disfrutar de un espacio público. "Todas las personas tiene derecho a disfrutar de un parque, pero deben respetarse unas normas de civismo, máxime cuando hay niños", apuntó. Castro García también recogió quejas vecinales, que trasladó a la Comisaría Provincial, donde se encontró con la respuesta de que la vigilancia de los parques públicos es competencia de la Policía Local.

El subdelegado no quería hablar ayer de competencias para resolver el tema y, según dijo, arrancó un compromiso del comisario, Antonio Álvarez Valencia. "La Policía Nacional va a colaborar con la Local en la vigilancia de los parques públicos. Tenemos que garantizar la seguridad de todos los usuarios y el que incumpla las normas será sancionado", explicó.

Te puede interesar