El Concello de Ourense prevé la apertura de “algunas” instalaciones termales de la ciudad “para principios de verano”. Así lo aseguró la concejala de Termalismo, la popular Flora Moure, que explicó que ayer mismo realizaron las primeras retenciones de crédito tras la modificación presupuestaria que se llevó a cabo para poder incorporar dinero del remanente a estas obras tan necesarias para la ciudad después de dos años cerradas. El gobierno local había destinado 1,4 millones para las instalaciones termales públicas y la primera retención es para los trabajos de la piscina termal de As Burgas, la obra más compleja. En este sentido, aunque la edil no ha querido poner fecha ni nombre a las primeras aperturas, es más improbable que la obra de la piscina esté lista para la época estival.
“La piscina de As Burgas es una obra muy ambiciosa, con un presupuesto de 576.000 euros. Para Outariz y Burga de Canedo se prevé una inversión de 280.000 euros. Todo está a punto para que esas obras se puedan licitar cuanto antes y ponerlas muy actualizadas, que es lo que se necesita”, explicó Moure. Sobre las aperturas de verano, la concejala de Termalismo asegura que “algunas de las instalaciones sí abrirán, contamos con tenerlas en marcha”. Moure aseguró que están preparando la memoria para las termas do Muíño y ahora la apertura “dependerá de los tiempos de ejecución que nos den las empresas”. Sin embargo, al contrario que la compleja piscina termal, sería más factible que las primeras aperturas veraniegas sean O Muíño o A Chavasqueira. “Se trata de obras más pequeñas, creo que serán periodos de ejecución más cortos y será mucho más rápido. Burga de Canedo y la piscina de As Burgas son obras mayores y los plazos de la contratación pública pueden ser más largos”.
Con todo, sobre la apertura de las termas de A Chavasqueira y O Muíño, Moure se muestra prudente: “Quisiera contar con tener en marcha alguna terma a principios de verano, pero dependerá de los presupuestos, de los tiempos de ejecución y de las dificultades con las que nos encontremos ahora mismo”. Las obras servirán para adaptar las pozas a la nueva ley termal de la Xunta, que obliga a renovar el agua cada cuatro horas.
