¿Se puede compatibilizar el equilibrio presupuestario con la contención fiscal? Sí y sin subir los impuestos más que en lo que marque el IPC, que será un 3%.
Además, no se aplicará ese índice de precios al consumo al impuesto de bienes inmuebles (IBI), actividades económicas (IAE), ni al de plusvalías. Lo dice el concejal de Economía del Concello de Ourense, Agustín Fernández, que ayer llevó su propuesta de modificación de las ordenanzas fiscales -o lo que viene a ser lo mismo, los impuestos, tasas y precios públicos que regirán el próximo año en el municipio- a una junta de gobierno extraordinaria que dio el visto bueno a la medida. El documento aún tiene que ser abordado en una junta de área y aprobado en pleno definitivamente para que entre en vigor y se incorpore al documento de los presupuestos municipales para 2012. Pero esta es ya la intención.
Agustín Fernández ha optado por la continuidad en el mantenimiento de tasas, limitando el incremento de la presión fiscal al índice precios y aún así no para todos los tributos porque el de bienes inmuebles queda auténticamente congelado pese a que la anulación del Plan de Urbanismo de 2003 (l que impulsó el exalcalde Manuel Cabezas) le hará perder un millón de euros de ingresos al Concello, precisamente en un momento en el que toda recaudación es poca.
No hay que olvidar que el IBI, la contribución urbana, es el tributo más cuantioso para el Concello, que percibe de ingresos al año por este concepto unos 25 millones de euros. Le siguen el de vehículos, por el que el Consistorio recauda unos cinc millones anuales, y el de plusvalías (valor de los terrenos), del que obtiene unos cuatro millones cada anualidad.
El marco del Plan económico financiero que el gobierno local aprobó en abril de 2010 se mantiene, pues. Y en lo que respecta a las participaciones en los tributos del Estado y de la Comunidad autónoma gallega, que representan un 20 por ciento de los ingresos municipales, las previsiones económicas para el próximo año serán similares a las de 2011, tras la fuerte caída que experimentaron durante el año 2010 y de una cierta recuperación en la actual anualidad.
Agustín Fernández ha optado por la continuidad en el mantenimiento de tasas, limitando el incremento de la presión fiscal al índice precios y aún así no para todos los tributos porque el de bienes inmuebles queda auténticamente congelado pese a que la anulación del Plan de Urbanismo de 2003 (l que impulsó el exalcalde Manuel Cabezas) le hará perder un millón de euros de ingresos al Concello, precisamente en un momento en el que toda recaudación es poca.
No hay que olvidar que el IBI, la contribución urbana, es el tributo más cuantioso para el Concello, que percibe de ingresos al año por este concepto unos 25 millones de euros. Le siguen el de vehículos, por el que el Consistorio recauda unos cinc millones anuales, y el de plusvalías (valor de los terrenos), del que obtiene unos cuatro millones cada anualidad.
El marco del Plan económico financiero que el gobierno local aprobó en abril de 2010 se mantiene, pues. Y en lo que respecta a las participaciones en los tributos del Estado y de la Comunidad autónoma gallega, que representan un 20 por ciento de los ingresos municipales, las previsiones económicas para el próximo año serán similares a las de 2011, tras la fuerte caída que experimentaron durante el año 2010 y de una cierta recuperación en la actual anualidad.
