Condenado a tres años y cinco meses de prisión por atracar un banco

Fue absuelto de otro delito de robo con violencia en un supermercado de la ciudad por falta de pruebas

José Manuel Yáñez Martínez, de 49 años,  fue condenado por el Juzgado de lo Penal 2 de Ourense a tres años y cinco meses de prisión  por un delito de robo con intimidación. El condenado, que tiene una "grave" adicción a las drogas (le sirvió de atenuante), entró el 15 de enero del 2016, a las 13,50 horas, en la sucursal del Banco Santander, situada en el número 43 de la avenida de Zamora de la ciudad, en la que llegó a apoderarse de 260,36 euros.

José Manuel Yáñez, según recoge la sentencia, llevaba el rostro cubierto con la capucha de la sudadera y para perpetrar el robo esgrimió un cuchillo de grandes dimensiones, con el que amenazó a una clienta (la agarro por el cuello y empujó hasta el mostrador) y al cajero de la entidad financiera. 

Acto seguido, se dio a la fuga y otro cliente lo persiguió hasta la finca de la Diputación, donde fue detenido por la Policía Nacional, que recuperó el dinero.

El ministerio fiscal le acusó durante la vista que se celebró el pasado día 2 de diciembre de otro delito de robo con violencia en el supermercado Eroski situado en la zona conocida como Recanto da Mapoula, en el que, según su escrito de acusación,  llegó a pinchar con el cuchillo a la cajera para que le entregara el dinero que había en la caja registradora

Este robo se registró el 13 de enero, sobre las seis de la tarde, de este mismo año  (dos días antes que el registrado en el Banco Santander) y al autor también iba con el rostro tapado con una capucha y esgrimió un cuchillo de grandes dimensiones, logrando un botín de 190 euros. La titular del citado juzgado de lo penal absolvió en este caso a José Manuel Yáñez al no haber pruebas. Pese a que los policías le atribuyeron la autoría, entre otro indicicios, por la forma de caminar que se aprecia en el vídeo (encorvado y con las piernas hacia dentro), la jueza recuerda que el vídeo no se visionó en la vista oral y que la cajera no apreció nada anómalo. 

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