Un altercado derivado por el incumplimiento del confinamiento domiciliario y las medidas sanitarias del pasado año acaba de condenar a Salvador José M.R., de 51 años, a siete meses de prisión por un delito de atentado. La magistrada le aprecia una atenuante por su adicción al alcohol y problemas mentales. No anulan sus facultades cognitivas y volitivas en el momento de la comisión de los hechos pero sí influyeron.
El incidente que le llevó al juzgado ocurrió el 25 de marzo de 2020 cuando acudió a una gasolinera de la calle Progreso de la ciudad y empezó a gritar al empleado, quien le pidió que abandonara el supermercado del negocio porque no llevaba mascarilla. Acudieron dos agentes de la Policía Nacional por la llamada del trabajador. Los agentes trataron de hablar con el acusado durante unos 50 minutos para que abandonara el lugar ya que estaba sin mascarilla e impedía el tránsito a los clientes. No solo se negó sino que también se encaró con los policías “al tiempo que mostraba un total desprecio por las medidas higiénico sanitarias establecidas para la prevención del covid-19. La gota que colmó el vaso para su detención fue que escupió a unos los policías y trató de golpearlo.
El inculpado aseguró en el juicio que los agentes le habían tratado de forma violenta: “Me pusieron la porra en el estómago sin dejarme hablar”. Pero la jueza da mayor credibilidad a la versión policial porque es “coherente, verosímil y sin contradicciones” Además, el inculpado no presentó ningún parte que acredite que fue lesionada por la Policía.
