Las farmacias realizarán test de antígenos y si el resultado es negativo emitirán un certificado que se podrá utilizar para entrar en bares y restaurantes. Estas pruebas están pensadas para usuarios de entre 13 y 35 años que no tengan la pauta de vacunación completa, el resto de compradores tendrán que irse sin el certificado. Aunque esta medida entró hoy en vigor, encontrar una botica en Ourense que pueda realizar la prueba será una tarea complicada.
El desabastecimiento es un denominador común en la ciudad y algunas -de las pocas- farmacias que disponen de test los venden de cinco en cinco, “y sólo con uno se puede obtener el certificado porque la prueba tiene que realizarse presencialmente en la farmacia en el momento de la compra”, explican desde Cobián, en la calle del Paseo. Las partidas que las boticas solicitan a los proveedores para la venta disponen de entre 15 y 20 pruebas individuales. El problema es que “se agotan enseguida”, señalan en la mayoría.
UNA AGUJA EN UN PAJAR
El desabastecimiento de test de antígenos es ahora el principal obstáculo. Las mayoría de las farmacias urbanas reconocen que se van a adherir al convenio, pero que el pedido con pruebas individuales podría llegar “a mediados de agosto”, indican desde la farmacia Vence. “La única opción es vender test en paquetes de cinco”, explican desde esta botica y desde Cobián. En este caso los precios aumentan -aunque son “libres”- y pueden oscilar entre los 30 y los 40 euros, mientras que una prueba individual cuesta entre 7 y 9. Desde su farmacia, el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Ourense, Santiago Leyes Vence, espera que “la Xunta nos habilite para venderlos sueltos, pero por el momento estamos aguardando”. “Quizá ahora los fabricantes tendrán que orientarse a fabricarlos individualmente más que de cinco en cinco”, señala Leyes Vence. Otras, cuentan con que les llegue el cargamento pronto, pero “no lo sabemos con seguridad”, explican.
En el resto de la provincia, el escenario no varía demasiado. Solo los municipios de Manzaneda, Viana do Bolo, A Gudiña y A Mezquita cuentan con test de antígenos para abastecer a la población. En otros como Xinzo, Verín, Allariz o Carballiño “llegan a cuentagotas” y, pese a que cuentan con pruebas individuales para vender, “no tenemos asegurada la continuidad de las existencias”, señalan desde la farmacia O Pombal de Xinzo. También subrayan que no es la primera vez que escasean. En A Pobra de Trives y en Vilariño de Conso, continúan sin stock.
PROBLEMAS DE ESPACIO
Otra casuística común que surge a los boticarios es el espacio -dentro del establecimiento- en la que realizarán los test. Muchas de las farmacias de la ciudad son pequeñas y para emitir un certificado, los clientes tienen que hacerse la prueba in situ. Desde la farmacia Rodrigo de La Fuente, situada en la plaza de O Ferro, lamentan que “además de que nos enteramos ayer y aún no sabemos cómo funciona ni tenemos los formularios, somos un sitio pequeño y las salas que tenemos para hacer otras pruebas son interiores”, explica la boticaria.
En la botica Parque San Lázaro tienen el mismo problema: “Creemos que muchos no querrán hacerse la prueba dentro por si hay problemas de contagios. Es difícil, nuestro negocio es muy pequeño y hacerlo aún lleva su tiempo”, señalan, y apuntan que “la medida parece un poco para quitarle trabajo al Sergas”.
En Rodríguez Outeiriño afirman que “todavía no lo tenemos claro porque no nos dio tiempo a estudiar el protocolo, va a ser complicado llevar a cabo este proceso”.
LOS CASOS POSITIVOS
Para aquellos que den positivo en la farmacia, la Consellería de Sanidade habilitará un “circuito” para que estas personas puedan solicitar y obtener una cita inmediata para someterse a una PCR que ratifique su resultado. Es decir, que habilitarán un teléfono específico para que los resultados positivos en covid lleguen cuanto antes al sistema.
Las seguridad en las pruebas “está garantizada”, señala el Gobierno gallego
Sobre la confusión y el desconcierto entre algunos boticarios, desde Sanidade recuerdan que “es una medida voluntaria y si el farmacéutico estima que la certificación resulta precipitado, no tiene la obligación de firmar el convenio”. Por su parte, desde el Colegio de Farmacéuticos, Santiago Leyes Vence, y en respuesta a la falta de espacio que señalan algunas boticas, afirma que “las medidas de seguridad están garantizadas, tanto para el propio profesional que acompaña al usuario como para el usuario”. También añade que debe haber algún elemento que garantice la confidencialidad, o bien un biombo o bien otra sala. Pese a que entiende que hay farmacias con poco espacio, recuerda que “la realización de las pruebas es voluntaria para farmacias y farmacéuticos”.
