Decálogo con consejos para que sean más seguras tus rutas de senderismo y visitas a la montaña

Ruta senderismo en el embalse de Prada, en A Veiga
photo_camera Ruta de senderismo en el embalse de Prada, en A Veiga
Pocas cosas mejores que disfrutar de una buena caminata en plena naturaleza, pero no podemos olvidarnos de que lo más importante es la seguridad. 

1- Lleva contigo comida "rápida"

Y no nos referimos a una hamburguesa del McDonald's, sino a higos, frutos secos o barritas energéticas. Alimentos que nos aportan energía de forma casi instantánea. Es decir, de absorción rápida.

Además, no se debe comer en exceso. Procura alimentarte con la cantidad justa, ni demasiado ni demasiado poco. Y es que ingerir de más nos dificultaría a la hora de continuar la marcha, al dejarnos cansados. 

2-Ten la bebida a mano en todo momento

Nada de tener que realizar el trámite engorroso de parar tu ruta, abrir la mochila y coger la botella si se quiere beber. Esto termina provocando carencias en la hidratación. Y es que no se debe esperar a tener sed.

Si uno quiere disfrutar de algo de sabor, puede probar a añadir bebida isotónica, pero nunca refrescos con gas, contraproducentes para la salud a largo plazo y también para la práctica del ejercicio a corto. 

Y, ¿cómo se debe beber? Pues poco a poco, racionando este recurso. Te sentará mejor y tu organismo lo aprovechará más.

La recomendación es llevar encima entre litro y medio y dos litros de agua cuando se sale a realizar una ruta prolongada, llevando a mano en torno a un cuarto de esta cantidad. El resto, bien guardado en la mochila.

Y, ya que hablamos de la mochila, recuerda emplear una con sujeción lumbar (es decir, que no se sujete solo a los hombros, como las de uso diario) y distribuir el peso en ella para evitar sobrecargas. Su peso máximo recomendado, de entre 5 y 6 kilos.

3- Nunca acudas solo y, si puedes, ve acompañado de alguien con más experiencia

Como en cualquier otra tarea u oficio, al final la forma más rápida y segura de aprender es "de la mano" de alguien instruido. Además, en su compañía incluso disfrutarás más de la experiencia, por todo el contexto sobre la situación que puede aportarte un buen veterano. En cualquier caso, informa también siempre a alguien de confianza de que vas a salir de ruta.

4- Usa el calzado adecuado

Una buena bota de montaña (y de nuestra talla) es clave para evitar torceduras. Si el sendero es más sencillo, y no presenta zonas muy técnicas, se recomienda al menos emplear unas zapatillas de trail, que no agarran tanto el tobillo pero tienen buena amortiguación para proteger el pie y además ayudan a evitar caídas peligrosas gracias al agarre de su suela.

Para cualquier calzado, indispensable además haberlo probado antes para confirmar que no nos provoca heridas ni ningún otro problema añadido, además de reducir las rozaduras al irse amoldando a nuestro pie. 

Y no nos olvidemos tampoco de otro elemento importante, los calcetines. Como el resto de la ropa, deben amoldarse a la estación, y emplear unos calcetines finos en verano y más gruesos en invierno.

5- Cúbrete bien la cabeza

Este consejo se aplica a todo el año: cuando hace frío, debemos echar mano de un buen gorro para evitar perder corporal desde la cabeza, y, ya en torno al verano, es el turno de una buena gorra con protección ultravioleta que nos proteja de posibles golpes de calor. En estas condiciones, hay que echar mano también de la protección solar. 

6- Usa bastones si realizas una ruta larga o muy técnica

Tienen simplemente una "desventaja", que hay que saber cogerlos bien, cambiando su posición en función de si subimos o bajamos. En cuanto a las ventajas, ofrecen estabilidad y ayudan a enfrentar múltiples obstáculos, por ejemplo las ramas. 

7- Reserva fuerzas

Los menos experimentados tienden a acelerar en las subidas, lo cual genera un gran desgaste. Mejor hacer al revés, y reducir las marchas. Este consejo, ir con calma y siempre dejarse energía por lo que pueda pasar, se debe aplicar también a toda la ruta en general. Puede que nos perdamos momentáneamente o que ocurra cualquier tipo de imprevisto de última hora. Para ello, hay que estar listos y con energías.

8- Estudia la ruta previamente

No, no hace falta conocer las rutas al dedillo como un conductor de F1 que podría completar el circuito con los ojos cerrados en un simulador, pero sí al menos comprobar a qué desnivel y longitud nos vamos a enfrentar, si se trata de una ruta circular, si hay árboles bajo los que cobijarse o no, si es transitada...

Por cierto, no estimes que vas a caminar a la misma velocidad por la que transitarías por la rúa do Paseo. También debemos echar un ojo a la previsión meteorológica. 

9- Sé precavido si aparece un perro suelto agresivo

Es clave qué no hacer: no corras, no le grites, le amenaces ni te agites. Tampoco mires a los ojos al can ni le sonrías, gesto que conlleva enseñar los dientes, lo cual pueden entender como amenaza. Mantente quieto y calmado: los animales detectan el miedo.

Habla suavemente con tus compañeros si es necesario. Lo más normal es que el animal reduzca su agresividad si damos marcha atrás de forma tranquila, ya que puede que estemos invadiendo su territorio. 

10- Lleva un pequeño botiquín

En él, se recomienda incluir tiritas, esparadrapo, algo de Betadine o similares, guantes de látex para tratar heridas reduciendo el riesgo de infección, algo de suero y algún analgésico. Hay que tener también en cuenta la caducidad de estos elementos.

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