Lucha contra el coronavirus

Las consultas psicológicas se disparan por la pandemia

El consumo de ansiolíticos está en aumento como consecuencia de la pandemia.
photo_camera El consumo de ansiolíticos está en aumento como consecuencia de la pandemia.
Los episodios de ansiedad son los más comunes entre los nuevos pacientes de estos profesionales

La llegada de la pandemia está dejando su huella en la salud mental de la población, que solicita más consultas psicológicas. “En xeral está crecendo a atención psicolóxica. A xente aguantou ao principio, pero un ano despois e coa crise aínda enriba, a demanda é importante”, asegura Victoria Canosa, psicóloga del Centro Médico Progreso. El estrés y la presión derivada de la actual situación agrava el estado emocional de muchas personas. 

Los psicólogos se están topando con más cuadros de ansiedad entre los pacientes que atiende, muchos de ellos llegan por primera vez a sus consultas. “Todo o que ten que ver coa ansiedade estase agudizando, por todo o que supón a pandemia”, indica Canosa. El temor ante el contacto social, la vacunación o el miedo a salir de casa, pueden ser causa del origen de estos episodios psicológicos: “Hai moitas situacións que os causan e todo o que se está a falar ao redor da vacinación, con mensaxes contradictorios para as persoas, xeran en ocasións picos de ansiedade”. 

El último informe del Centro Europeo de Monitoreo de Drogas y Adicción muestra que España es el tercer país del mundo en el que se consumen ansiolíticos, con un incremento el año pasado a causa de la pandemia. Portugal y Croacia son los otros dos países en los más ansiolíticos se consumen a diario.

La pandemia también redujo la vida y el contacto social, provocando más dificultades a la hora de relacionarse. La hafefobia, un trastorno que se sufre por el miedo a ser tocado por otras personas, sale a la luz y no solo es lo único. “Cousas que antes facíamos con normalidade, agora freámonos. Eu penso que son máis un tic que dependerá de como evolucione a crise sanitaria”, opina Canosa. La especialista confía en que el contacto físico se vaya retomando con el avance positivo de la pandemia. “Agora estamos sensibilizados con esas cousas, pero creo que en canto nos deixen retomar as mostras de afecto, volverán porque as necesitamos”, comenta.

Los remordimientos a ser causante del contagio de otra persona pesan y suponen más estrés para la población. “Durante o confinamento, as persoas que tiveron que traballar presencialmente viviron unha presión extra polo feito de poder contaxiarse e transmitirllo á súa familia, coas súas consecuencias para a saúde mental”, reconoce.  Canosa explica que incluso pueden aparecer síntomas comunes a un trastorno de estrés postraumático, viviendo en una situación límite por muchos meses. “Esixímonos que, tanto tempo despois, xa non temos que sentir medo, pero non hai que presionarse con iso”, apunta. 

Recursos públicos

La psicóloga asegura que la pandemia puso de manifiesto la importancia  de cuidar la salud mental, con poco peso en la sanidad pública. “Esta atención non pode ir á marxe da saúde xeral, polo que botamos en falta máis recursos  públicos”, opina.  La atención psicológica, en la mayoría de los casos, se trata desde médicos con consulta privada.

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