Las concesiones municipales pendientes de renovación o en el aire por pleitos superan los 6,2 millones de euros anuales
Hasta 13 concesiones de servicios municipales de la ciudad se encuentran actualmente en precario, a expensas de resoluciones judiciales o, peor, sin actividad, porque han caducado los anteriores contratos, casi todos durante la última etapa del gobierno socialista y que, actualmente, el equipo de gobierno del PP ha iniciado o avanzado en su tramitación. Desde el servicio de transporte urbano, el más cuantioso de los que se hallan e este estado, pues alcanza los 5,5 millones de euros anuales de coste para las arcas municipales; hasta la cafetería del Barbaña, ahora cerrada y por la que la entidad concesionaria debía abonar al Concello algo más de 15.000 euros anuales.
La legislación vigente permite la gestión del servicio, sobre todo si es de primera necesidad, en precario, como ocurre con los autobuses urbanos; pero hay otros sin uso, como el restaurante Pozas de Maimón; o la red wifi gratuita, cerrada cuando la concesionaria, Gowex, entró en concurso de acreedores; y que así permanece, pendiente ahora del negociado de contratación.
Además, a esta situación se suma el servicio de bicicletas, cuyo servicio de mantenimiento caducó hace más de un año mientras la utilización por los usuarios se desmorona. Y se ha iniciado el expediente de rescisión del contrato a Aspanas Termal por el mantenimiento y limpieza de las termas públicas de Ourtariz; están en precario los servicios de mantenimiento de la red semafórica -el contrato caducó en mayo pasado- desratización de la ciudad, de recogida de aceites domésticos y de tratamiento de muebles y otros residuos urbanos. El cuidado de las zonas verdes, adjudicado a Cespa, está inmerso en un proceso judicial y la publicidad en las calles -los llamados mupis- pende de un pliego de condiciones que permita dar el servicio.
En total, las concesiones pendientes de renovación o de ser activadas superan los 6,2 millones de euros anuales, los que el Concello abona cada año por la prestación del servicio. En el PP aseguran que todo son cuestiones heredadas de la "inercia" de los socialistas, que acusan ahora al gobierno local de fata de gestión.
La ciudad quedó sin servicio municipal tras quebrar la empresa gestora, en febrero
La entrada en concurso de acreedores de la empresa concesionaria de la red wifi gratuita, Gowex Wireless, hizo saltar las alarmas a finales del año pasado; y en febrero de éste, el entonces gobierno municipal de la ciudad, dirigido por el PSOE, optó por rescindir el contrato a la concesionaria, que llevaba tiempo sin pagar el canon correspondiente, que alcanzaba los 60.000 euros anuales y que en febrero de este año debería haber ingresado algo más de 33.000.
Llevaba el servicio desde noviembre de 2013. El PP ya había solicitado con anterioridad la rescisión del contrato por el escándalo de falseamiento de las cuentas de la empresa. El PP gobierna ahora la ciudad y, según Jorge Pumar, concejal responsable, ultima la tramitación de la nueva concesión, que había iniciado el gobierno anterior. Mientras, el servicio se ha clausurado.
Trabas burocráticas impiden acelerar la nueva concesión, que ahora está en precario
Urbanos de Ourense, la empresa resultante de la unión de transportistas para gestionar el autobús urbano en el término municipal de Ourense, pidió hace casi dos años la rescisión de la concesión alegando problemas económicos. El gobierno anterior denegó la petición y la concesión se mantuvo en vigor hasta mayo, cuando se cumplió el tiempo de contrato.
El servicio de transporte urbano se mantiene, al considerarse un bien esencial, pero en precario; es decir, prorrogado. Y seguirá así hasta al menos un año porque, al no haberse publicitado el plan de nueva contratación para una nueva contratación en el Boletín Oficial de las Comunidades Europeas (un trámite que debe producirse un año antes de que comience realmente el proceso), cualquier tramitación al respecto se demorará por ese tiempo. El servicio cuesta al Concello 5,5 millones al año.
La utilidad de los 'mupis' se diluye por falta de una concesión aún en estudio
Los llamados "mupis", o lo que es lo mismo, la contratación de publicidad en paneles publicitarios ubicados por toda la ciudad, son periódicamente objeto de debate por su utilidad incierta. Se instalaron hace años pero nunca fueron rentabilizados, hasta que el año pasado el gobierno anterior sacó a concurso la concesión -que contemplaba un irrisorio canon de 6.800 euros anuales que debía abonar la empresa-, que no llegó a materializarse.
Este otoño, el nuevo gobierno de la ciudad, del PP, anunció la elaboración de un nuevo pliego de condiciones con el que pretende dar utilidad pública a los paneles, contemplando la posibilidad de que aporten también información de interés general y se conviertan en un adecuado servicio de recogida de pilas usadas. Mientras, permanece la duda de si realmente, estos paneles sirven más que para estorbar.
Incumplimientos de las empresas obligaron a cerrar ambos establecimientos
Como los "mupis" o la red wifi, el restaurante Pozas de Maimón y la cafetería del Parque Barbaña son concesiones que debieran suponer un ingreso para el Concello. Pero ambos establecimientos se mantienen cerrados, según confirmó el actual gobierno local, por incumplimientos de las empresas.
En el primer caso, fue la deuda con los proveedores, derivada de la falta de liquidez del adjudicatario, la que obligó a bajar la persiana. El restaurante, que pretendía ser un local clave en la zona termal de Outariz -está casi enfrente de las termas-, fue adjudicado inicialmente a un empresario hostelero de la zona de vinos -eran tiempos del gobierno bipartito PSOE-BNG-, que tuvo que asociarse con otro (La Bull 2.0) para lograr la rentabilidad deseada.
El precio a pagar al Concello, en forma de canon, era de 3.500 euros mensuales los primeros años y 4.000 en los siguientes. Pero la sociedad no funcionó, el canon se incumplió y, según el actual gobierno local, el establecimiento acabó siendo desalojado y cerrado, mientras se estudia una nueva concesión.
En la cafetería del Parque Barbaña, también clausurada de momento, el problema lo marcaron los problemas económicos de la concesionaria. Ya en abril pasado se anunció un nuevo pliego de concesión, aún sin cerrar, según el actual equipo de gobierno. La empresa que obtenga la gestión deberá ocuparse también de los aseos públicos y abonar 15.283 euros al año y podrá ocuparse del establecimiento durante 10 años improrrogables.
Semáforos en prórroga y bicicletas “provisionales"
Aceites, desinfección de la ciudad, bicicletas o mantenimiento semafórico se unen a las concesiones en precario; como éstas:
El mantenimiento de semáforos.
La red semafórica de la ciudad tiene el mantenimiento en "formato" prórroga porque la gestión anterior, mediante concesión, caducó en mayo pasado. El entonces alcalde, el socialista Agustín Fernández, acordó la prórroga, alegando el interés general y para acallar las críticas de la oposición, que llegó a asegurar que podría producirse un "apagón semafórico". Pero la prórroga no exime de un nuevo proceso de concesión. La gestión del servicio, que sigue llevando Sice (desde 2003), supone para el Concello un gasto de 545.000 euros al año.
El préstamo de las bicicletas.
Suma más de un año (exactamente desde septiembre de 2014) en precario, gestionado a cambio de algo más de 55.000 euros anuales por el mantenimiento. El gobierno anterior anunció un nuevo proceso de concesión y contratación, que aún no ha culminado. Mientras, el servicio pierde usuarios y el mantenimiento es limitado por la falta de un contrato en vigor.
La limpieza de Outariz.
El gobierno municipal actual ha iniciado expediente de rescisión de contrato a la entidad Aspanas Termal, que a finales de septiembre comunicó formalmente al Concello que abandonaba el servicio de mantenimiento de las termas públicas de Outariz por razones económicas. Se ocupaba de la limpieza de los aseos y del recinto, así como de mantener las pozas y su entorno listas para su utilización. Ahora una empresa realiza la limpieza temporalmente, por razones de salubridad, pero la cafetería está sin uso. El Concello también está pendiente de la concesión del camping de Untes, que Aspanas Termal, que también lo gestiona, cerró recientemente alegando que iba a hacer obras. El gobierno local supervisa el lugar para garantizar esas actuaciones o rescindir la concesión si, como teme, puede tratarse de un cierre indefinido.
La desratización de la ciudad y la recogida de aceites domésticos.
Son dos de los servicios también pendientes de que se renueve la concesión correspondiente. En el primer caso, el servicio, que salió por última vez a concurso en 2010 por un precio (a pagar por el Concello) de 39.000 euros, incluye la desinfección y desinsectación del término municipal. La contrata acabó y ahora está en precario, tramitándose una nueva concesión. En el mismo caso se halla la recogida de aceites domésticos, que cuando se adjudicó llevó aparejada la instalación de contenedores para arrojar los aceites, que la empresa después recogía para su venta y tratamiento posterior. El plan era que la empresa pagase un canon de 8.000 euros anuales al Concello.
