OURENSE

Crisis y falta de incentivos ponen en jaque al 60% de la zona histórica de la ciudad

ourense. 29-11-2014.casco viejo, abandono en la rúa do vilar, cervantes. josé paz
photo_camera ourense. 29-11-2014.casco viejo, abandono en la rúa do vilar, cervantes. josé paz

La crisis y el fin de los alquileres de renta antigua están vaciando decenas de locales, y hace más difícil lograr los objetivos de dinamización y rehabilitación de los planes municipales

El fin de las rentas antiguas o las secuelas de la crisis económica no han hecho más que acentuar el paulatino "abandono" -económico, fundamentalmente- en más de la mitad (un 60%) del casco histórico de la ciudad, exactamente la zona sur, entre O Posío y la Praza Maior. No es un secreto, un mero paseo por esas calles muestra, a modo de ejemplo, una calle Villar con la mayor parte de sus bajos comerciales -antes pujantes y llenos de referencia del sector textil y de calzado en todo el barrio- cerrados; una vía Colón donde sólo queda ya una tienda de artesanía -con ayudas públicas llegaron a rehabilitarse hasta 12 locales, recuerda el presidente de la Federación de Comercio, Aurelio Gómez Villar-; o una Hernán Cortés solitaria, con edificios rehabilitados pero escasa vida en la mayoría de sus bajos. Ni siquiera la presencia de algunas sedes como la de los constructores (calle Padilla) ha servido para dinamizar económicamente el entorno, como si las millonarias inversiones del Plan Urban recuperasen muchos inmuebles pero se mostrasen insuficientes para insuflar vida económica en ellos, si bien es cierto que los sucesivos planes de rehabilitación lograron prácticamente acabar con las zonas más degradadas y acercar muchas familias jóvenes a este entorno.

Realmente, la zona sur del casco histórico -porque hay una clara diferencia con el área norte, entre el Consistorio y el Parque de San Lázaro-, preocupa al Concello, a los sectores económicos y a los estudiosos de la rehabilitación, que reconocen como se apaga esa parte de la zona monumental, considerada un "lugar de convivencia" frente al norte, un entorno de "equipamientos", lo que genera una mayor inversión .

Por eso, precisamente, el Concello, siguiendo el criterio de técnicos expertos en el PERI del casco antiguo, apuesta por una rehabilitación diferente para esa parte menos pujante, pese a que tiene una mayor densidad de población residente. Claro que su renta es inferior al norte y padece un alto porcentaje de desempleados y jubilados, más de un 40%. Se trata, dicen los informes de los que dispone el Consistorio, de reforzar la identidad de barrio -trabajar para que la población actual pueda seguir viviendo allí- y de recuperar el espacio público como lugar de encuentro porque apenas se usa; la falta de actividad y la pérdida del comercio hace que las calles y plazas sean meros elementos de tránsito, contrariamente a lo que ocurre en la zona norte. Además, habría que luchar contra el progresivo cierre de comercios y fomentar la creación de nuevas pequeñas empresas, lo más complicado en la actual coyuntura económica.



Las acciones

El presidente de la Federación de Comercio, Aurelio Gómez Villar, cree que la crisis económica fue determinante pero también cayó el asociacionismo, faltan ayudas públicas y no hay relevo generacional en el sector, lo que unido a otros factores como el final de las rentas antiguas, agudiza aún más el cierre de establecimientos.

La concejala de Urbanismo, Aurea Soto, que dice ser muy consciente de la relevancia que tiene la diferencia entre ambas zonas del casco histórico, de ahí que se haya continuado con la ubicación de diversos servicios municipales en esta zona. Con todo, reconoce que el "centro centro" no va a variar, otra cosa es buscar la cohesión social aunque con formas de vivir diferentes. Siempre, eso sí, teniendo en cuenta que cualquier medida o incentivo es muy difícil en un contexto de crisis.

Pero también considera importante la reurbanización, que a medio plazo ayudará a activar el sector servicios. Por eso, dice, se ha reformado Pena Corneira, está a punto de rehabilitarse la Praza dos Suaves y habrá nuevos equipamientos si el Concello puede actuar sobre el antiguo colegio María Goretti. Además, destacó el desarrollo (ya comenzaron los trámites) del área de reparto Trinidade-Pelayo, que considera será un revulsivo importante, no sólo urbanísticamente, sino creando espacios de vida y económicos.

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