política local

Críticos del PSOE conspiran para disolver la ejecutiva provincial

Planean una dimisión en masa que obligue a nombrar una gestora

El PSOE de Ourense vuelve a tambalearse y a exhibir su gran división. El sector crítico de la ejecutiva provincial maniobra para forzar la disolución del órgano y, en consecuencia, la destitución del secretario xeral, Raúl Fernández, algo que puede conseguir, según fijan los estatutos, la dimisión de más de la mitad de sus miembros. Según confirman fuentes involucradas en la situación, se están recogiendo las firmas necesarias desde hace un tiempo y se cuenta con los apoyos suficientes para que la situación fructifique aunque, no obstante, todavía no se ha decidido la fecha de presentación de la iniciativa. "Está decidido al 90%, nuestra intención es reunir las firmas y presentarlo", apuntan desde el sector crítico, sin confirmar fechas.

De confirmarse ese movimiento, obligaría a las direcciones gallega -pendiente de conformar su ejecutiva el próximo fin de semana en el congreso autonómico tras la victoria en las primarias de Gonzalo Caballero- y estatal a formar una gestora que guiase el rumbo de la formación hasta el próximo proceso electoral, que concluirá, como muy tarde, en un plazo de tres meses desde el cónclave gallego, tal y como marcan los estatutos del partido.

Según ha podido saber este periódico, en este grupo de firmantes están, entre otros, nombres como el de Miguel Fidalgo, Noela Blanco, Eladio Osorio, Enrique Barreiro, Javier Rey o Bibiana Iglesias, que nunca han ocultado sus discrepancias con los actuales dirigentes y el rumbo tomado en los últimos años, con argumentos como la falta de reuniones ordinarias de la ejecutiva (aseguran que lleva casi dos años sin hacerlo).

La gota que colmó el vaso para llevar a cabo este movimiento, explican las mismas fuentes, fue cuando se confirmó el relevo en la portavocía del grupo de la Diputación, cayendo Ignacio Gómez, alineados con los críticos, y erigiéndose Francisco Fraga, alineado con la cúpula provincial.

En el momento que se acordó el cambio de líder en la institución provincial, el sector crítico de la ejecutiva solicitó la convocatoria de una reunión del órgano para abordar la situación y recibir explicaciones. Sin embargo, Raúl Fernández hizo oídos sordos a la petición, convencido de que todo se había realizado conforme a la normativa interna.

Explican los promotores de la situación que ya en junio estuvo a punto de confirmarse la renuncia de varios de los miembros de la ejecutiva, aunque todo quedó en suspenso -influyeron los procesos de primarias a nivel federal y autonómico- hasta las últimas semanas, cuando se conoció la resolución del Comité Federal de Ética y Garantías, que solicitaba a Raúl Fernández la convocatoria de la ejecutiva. Sin embargo, hace diez días el secretario xeral de los socialistas ourensanos reiteraba que había actuado correctamente y que nada iba a cambiar, lo que terminó por caldear los ánimos y empujar a los críticos a llevar adelante su iniciativa.

La maniobra planeada es la misma que fulminó a Pedro Sánchez hace poco más de un año como secretario general del PSOE, en un momento en que se debatía la postura ante la investidura de Rajoy. 

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