Lejos de etiquetas que pasan por dormir en cartones y cajeros, el programa 'Sen Teito' de Cruz Vermella analiza de manera individual cada caso de personas con dificultades, a las que apoya y ayuda a su reinserción social.

Cuando la crisis acentúa el drama de los 'sin techo'

Al cabo del día cada individuo se cruza con decenas de personas imbuidas de sus circunstancias propias. La pérdida de un trabajo, la ruptura de la estructura familiar o del entorno social pueden conducir a que estas peculiaridades cambien. El programa 'Sen teito', desarrollado por Cruz Vermella, brinda ayuda a esas personas que atraviesan dificultades y que les llevan, por ejemplo, a carecer de una vivienda digna.
Huyendo de todos los estereotipos, los trabajadores del programa se encargan de entrar en contacto y conocer a aquellas personas que se encuentran en esta situación o que atraviesan momentos de vulnerabilidad. Establecen dos grandes grupos, los que no residen permanentemente en Ourense y aquellos que sí están establecidos en un lugar, viviendo en infraviviendas, casas abandonadas o acudiendo puntualmente a pensiones, según explica Joaquín Galicia, trabajador social del programa, porque han perdido su casa o atraviesan una situación coyuntural de extrema pobreza. La autoestima es uno de los pilares fundamentales con los que trabaja el programa. Para la reinserción es fundamental 'el interés y la motivación', aclara Galicia. Por esto deben reforzarse estas áreas,y conseguir equilibrar los diferentes aspectos personales, como el cuidado de la higiene o el cambio de hábitos. También juega un papel imprescindible el respaldo social.

Realizan actividades específicas, en las que fomentan cambios de hábitos 'y racionalizamos los riesgos de la vida en la calle', apunta Sonia Presas, integradora social del programa.

A lo largo de 2011 'Sen teito' tuvo 119 usuarios, frente a los 106 de 2010. También informan sobre los recursos sociales de los que disponen, como el albergue o el comedor social, a donde aconsejan acudir a muchos de sus usuarios, para que puedan dormir y comer en condiciones dignas, sean transeúntes o personas que atraviesan por especiales dificultades.


SALIDAS DIURNAS Y NOCTURNAS

El trabajo de calle es imprescindible para conocer la realidad que en ella se vive. Por este motivo, periódicamente realizan salidas diurnas y nocturnas. 'Por el día es cuando conoces a las personas, les recuerdas sus citas médicas con la trabajadora social, son salidas muy importantes', explica el otro integrador social, Diego Conde.

Aunque para las estadísticas sí que se establece un perfil principalmente masculino, de entre 30 y 45 años, la realidad no responde a patrones: 'Podemos encontrarnos tanto con mujeres como con hombres desde los 20 a los 70 años', señala Joaquín Galicia. Al menos una vez al mes realizan una salida nocturna aunque, si se acerca una ola de frío, por ejemplo, se incrementa la periodicidad. Siempre acompañados por equipo sanitario, reparten café, kits de pernocta o higiene.

Cruz Vermella completa sus intervenciones con programas de formación e inserción laboral (ya que la falta de trabajo se convierte en causa importante de vulnerabilidad) y departamentos transversales en la búsqueda de una atención integral.

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