El encarecimiento de la alimentación afecta a las cuentas de los ourensanos, porque hay productos que han multiplicado el precio. Son bienes básicos como el azúcar o el aceite, por ejemplo. Otros, sin llegar a disparar su coste de este modo, sí registran subidas acusadas. El problema se agravó especialmente tras el estallido de la guerra en Ucrania, país conocido como “el granero de Europa”.
Los precios que muestran los lineales de dos céntricos supermercados de la ciudad muestran una situación muy diferente a los meses de marzo y abril de 2021, antes de la escalada de los tickets de la compra. Productos como el aceite padecieron los efectos de la inflación de un modo muy notable, alcanzando elevadas cifras superiores a los cinco o seis euros el litro. Por aquel entonces, podía conseguirse una botella por menos de tres euros.
Una lista de la compra con bienes básicos como una lata de conservas, pasta, arroz, huevos, leche, aceite de oliva, queso y manzanas cuesta unos diez euros más que antes de la inflación. Por aquel entonces, podrían ser empleados para comprar, por ejemplo, una malla de tres kilos de patatas, yogures, pan de molde y casi medio kilo de filetes de ternera.
La lista de la compra, antes y ahora
Aceite de oliva: de 2,75 a 6,59 euros
El aceite de oliva, un producto prácticamente imprescindible para cocinar y aliñar platos, se disparó. En abril de 2021 era posible encontrar botellas por 2,75 euros o 3,99 euros dependiendo de la marca. Ahora, el precio ronda los 6,59 euros y los 8,89 euros en cada caso.
Atún enlatado: de 1,33 a 3,59 euros
Las conservas enlatadas son alimentos muy socorridos debido a su largo periodo de conservación. El atún, por ejemplo, multiplicó su precio desde los 1,33 euros hasta los 3,59 euros. Algo similar sucede con otros pescados y bivalvos comercializados en conserva.
Bacalao: de 11,95 a 19,90 euros
Los pescados son uno de los productos que más se han encarecido. Es el caso del salmón o el bacalao. Este último pasó de costar 11,95 euros el kilo hasta rozar los 20 euros, encareciendo su precio prácticamente ocho euros por cada kilo de este preciado producto.
Cinta de lomo de cerdo: de 3,85 a 5,95 euros
El cerdo es una de las carnes más asequibles al acudir al supermercado. La cinta de lomo de cerdo costaba menos de cuatro euros el kilo antes de la inflación en los supermercados de la provincia. Ahora su precio está cerca de los seis euros después de sucesivos incrementos.
Filetes de ternera gallega: de 8,35 a 11,25 euros
El incremento de los costes de producción propulsó el precio de la ternera autóctona. Los filetes pasaron de algo más de ocho euros el kilo a más de once. La subida ha desincentivado el consumo, lo que causa preocupación entre los ganaderos.
Pechuga de pollo: de 4,99 a 8,49 euros
La pechuga de pollo es otro de los productos cárnicos básicos. El coste del kilo de pechuga -la comercializada en bandeja- acusa un fuerte aumento en algunos establecimientos de la ciudad, pasando de unos cinco euros a ocho euros y medio.
Malla de patatas: de 2,65 a 3,49 euros
Las patatas acostumbran a ser un alimento económico. Antes de la inflación, una malla de tres kilos podía costar 2,65 euros. No obstante, el contexto económico ha causado que esta misma cantidad de tubérculo pase a costar 3,49 euros.
Harina: de 0,90 a 1,58 euros
Es un ingrediente esencial en muchas preparaciones: sirve para rebozados o para elaborar masas de pan, pizza o empanada, entre otros usos. El precio del kilo llega a superar los 1,50 euros, a pesar de que en marzo de 2021 no llegaba al euro.
