Comprar comida es casi un 30% más caro que antes de la subida de precios

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photo_camera El pescado es uno de los productos que más se encareció debido a la inflación.
La inflación dispara el coste de la alimentación con 27 meses consecutivos de incrementos anuales desde abril de 2021

El carrito de la compra de los ourensanos es casi un 30% más caro que antes del comienzo de la inflación. Así lo constatan los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el Índice de Precios de Consumo, el baremo que observa la evolución del coste de la vida. Los alimentos y las bebidas alcohólicas son, en concreto y a fecha de julio, un 29,3% más prohibitivos que en abril de 2021. Fue el primer mes en el que la subida anual de los precios superó el 2%, el umbral recomendado a medio plazo por el Banco Central Europeo.

Desde entonces, el incremento anual de la alimentación ha sido constante, encadenando 27 meses de encarecimiento. En algunos meses la subida se disparó por encima del 15%. Por ejemplo, en febrero de este año, cuando alcanzó el 17,8%.

El incremento de los precios de la alimentación se traduce en un importante impacto en las cuentas mensuales de una familia ourensana. Poniendo por ejemplo un hipotético hogar en el que antes se gastaran 350 euros en comida, la espiral inflacionaria hace que ahora tenga que desembolsar casi 453 euros para comprar los mismos productos.

El encarecimiento de los alimentos también se manifiesta en la variación anual del IPC. Llenar la nevera costó en julio un 12,4% más que en el mismo mes de 2022. Es más, las carteras de los ourensanos sufren la subida incluso mes a mes. De junio a julio, los precios se impulsaron un 1,2% en la provincia.

Este grupo de gasto está detrás del aumento del índice general, es decir, de todo lo que gasta el consumidor. Desde el comienzo de la inflación, el conjunto de todos los precios subió un 15%, con importantes encarecimientos en la hostelería (16,7%), el transporte (13,4%), los artículos del hogar (12,6%) y las bebidas alcohólicas y el tabaco (11,4%).

La vivienda, la electricidad y los combustibles continúan exigiendo más gasto que antes de la inflación: su precio creció un 9,3%. Esto, a pesar de su moderación en el último año, ya que en julio este conjunto bajó un 19% respecto al año pasado. Y si se observa la energía por separado, la caída anual llega al 34,5%. Pero no es suficiente para mitigar el encarecimiento de la vida en Ourense, espoleado por años de subida continua.

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