El día previo a la entrada en vigor de las restricciones se vivió con tristeza por parte de la mayoría de clientes de la hostelería. La ourensana Loli Soto, habitual de la cafetería Lateral de A Saínza, no dudó en pagar todos los cafés de este próximo mes, una muestra de apoyo que emocionó a los dueños. "Se me ocurrió hacerlo porque yo vengo todos los días a tomarme el café por la mañana, es mi momento de desconexión porque trabajo desde casa. Este dinero yo ya me lo iba a gastar aquí, son todos mis cafés diarios", explica Soto, que ayer pagó su café y dejó 30 euros más. "Fue un detalle muy bonito, esto es lo típico que no te esperas... Para nosotros fue emocionante y la verdad es que hoy (por ayer) queríamos que fuese un día alegre", apunta Katarina Kollarova, dueña del establecimiento.
Soto es cliente habitual en la cafetería y no lo dudó. "Yo ya venía aquí mucho antes de la pandemia", aclara. La clienta defiende las medidas sanitarias tomadas por los dueños desde la reapertura en mayo, y asegura que ella se toma el café "muy tranquila". "A mí me dan mucha confianza, siempre están limpiando con los trapos todo", apunta. Respecto a las nuevas medidas derivadas de la situación epidemiológica, Soto tiene claro que la culpa no es de la hostelería: "La culpa la tenemos los que vamos a los bares, si todos nos tomásemos en serio las medidas no tendrían que cerrar la mitad de los negocios que se ven obligados a hacerlo".
El Lateral bajó ayer su persiana, con la esperanza de volver a levantarla cuanto antes. "Yo creo que no va a ser un mes, que se va a extender un poco más, pero bueno, esperemos que la situación mejore en este tiempo", apunta Katarina Kollarova.
