La defensa de dos acusados de vender droga insiste en la falta de motivo para autorizar las escuchas telefónicas

El juicio que se seguía en la Audiencia provincial contra tres acusados de vender droga quedó ayer visto para sentencia. El fiscal mantiene su petición de un total de 14 años de prisión para los procesados, mientras que las defensas reclaman la absolución. La letrada de dos de ellos insistió en solicitar la nulidad de las intervenciones telefónicas realizadas.
Visto para sentencia quedó ayer en la Audiencia el juicio en el que se juzgaba a tres personas como presuntas autoras de tráfico de drogas. En la última y definitiva sesión de la vista oral, fiscal y defensas elevaron a definitivas sus conclusiones provisionales, de forma que el primero reclama seis años de cárcel para Oscar F.G., cuatro años y medio para Carlos G.G. y tres años y medio para Romina D.G. Por su parte, las defensas de ambos acusados reclaman la libre absolución.

El fiscal considera que Oscar F.G. suministró, en julio de 2005, los casi 200 gramos de cocaína que la Guardia Civil encontró en el trastero de Carlos G.G. y que éste, a su vez, la vendía a consumidores habituales de Verín. Se basa para ello, entre otras cuestiones, en las conversaciones telefónicas mantenidas por los acusados y en que al primero se le encontraron unos 5.900 euros en su coche, una cifra aproximada a la que Carlos G.G. aseguró en instrucción -donde reconoció los hechos, según dijo él, coaccionado- haber pagado. La acusación pública cree que Romina D.G. era conocedora y colaboradora de su marido, Carlos G.G.

Las defensas, en cambio, coincidieron en señalar que ‘no hay nada contra los acusados’. Así, la abogada de Carlos G.G. y Romina D.G. insistió en reclamar la nulidad del auto judicial que autorizaba las intervenciones telefónicas, así como de los siguientes por los que se prorrogaban las escuchas, al considerar que no se encontraban debidamente fundamentados. Aun así, en caso de condenar a Carlos G.G. solicitó que se le aplicara la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas, por lo que calificó de excesiva e innecesaria dilatación del procedimiento, teniendo en cuenta, además, que la pareja había rehecho su vida.

Mientras, la defensa de Oscar F.G. abogó también por su absolución alegando que no había pruebas objetivas que acreditasen que había vendido droga.


Te puede interesar