Bancos rotos, pintadas y basura se amontonan cinco meses después de la aparición de las grietas

El deficiente mantenimiento y el retraso en la obra del aparcamiento deterioran la Alameda

Una de las pintadas que afean el entorno. (Foto: José Paz)
Cuando casi se cumplen cinco meses del cierre del paseo de la Alameda por las obras del parking, el escaso mantenimiento y la falta de limpieza deterioran una de las áreas más representativas de Ourense.
A finales de septiembre. Esta es la fecha que baraja la empresa concesionaria del aparcamiento de la Alameda para el remate de los trabajos destinados a paliar las deficiencias estructurales detectadas en los pilares del edificio. Si bien en abril, cuando se detectaron las grietas, sólo se contabilizaron 11 columnas afectadas en la primera planta, un estudio posterior verificó que existían más en el resto de plantas del aparcamiento.

Desde el mes de julio los técnicos están instalando piezas metálicas para reforzar las estructuras, permaneciendo sin embargo desde el 23 de abril el paseo central cerrado al público. Todo ello a pesar de que desde la Concejalía de Infraestructuras se insiste en que prevé ir abriendo paulatinamente este área a medida de que las deficiencias del aparcamiento vayan siendo subsanadas. Sin embargo, esta incidencia no es la única que afecta a este céntrico espacio de recreo ourensano.

Deterioro

Los vecinos de la zona constatan que el deterioro de la Alameda es creciente con el paso de los días. Bancos rotos, deficiente iluminación con farolas fundidas, pintadas, aspersores que no funcionan (y otros que lo hacen en exceso, encharcando el suelo a su alrededor), y restos de basura muy visible sobre todo tras los fines de semana (el ‘botellón’ y la cercanía con la zona de vinos contribuyen a ello) afean lo que tendría que ser uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad.

Asimismo, muchos usuarios de la Alameda constatan que las obras en el aparcamiento y el consecuente cierre del paseo central ha mermado los trabajos de mantenimiento en el área que no está afectada por esta obra, que comenzó con la promesa de Estacionamientos Celta de ser finalizada ‘en pocos días’ y que ya arrastra casi cinco meses de espera, pese a que desde Infraestructuras insisten en que los trabajos van ‘a bo ritmo’. Así, donde tendría que haber césped ya sólo existe tierra y restos de excrementos de animales, los sempiternos estorninos. Y es que hasta los niños, jueces implacables donde los haya, ya no tienen en la Alameda su espacio favorito de recreo. Tal y como le dijo una pequeña ourensana a su madre esta semana, en una frase que lo resume todo: ‘Mami, la Alameda está un poco sucia’.


Te puede interesar