La iglesia de San Miguel se quedó ayer pequeña para acoger a la multitud que acudió a Tabaodela para dar el último adiós a Recaredo Paz. Las muestras de dolor fueron tan evidentes como las del cariño que despertaba. Recaredo vives... en nuestra mente y nuestro corazón, fueron ayer las palabras para un sentimiento.
Recaredo vives... en nuestra mente y nuestro corazón. Era, en palabras, el fiel reflejo del sentimiento unánime de la multitud que ayer se desplazó hasta la iglesia parroquial de San Miguel de Taboadela para dar su último adiós a Recaredo Paz Prieto. Con esa inscripción fue recibido el féretro del que fuera el presidente de Aixiña desde su fundación, y al que una larga enfermedad apartó físicamente de los suyos la tarde del pasado jueves.
Colocada sobre la tumba familiar en la que fue enterrado, esta placa artesanal se convirtió ya en un sentido acto de homenaje a un hombre que había dedicado su vida a la lucha por la integración del discapacitado y que seguirá vivo en el sentimiento de todos aquellos que tenía a su alrededor.
Faltaban apenas unos minutos para las seis de la tarde cuando el coche fúnebre con los restos mortales de Recaredo Paz llegó a la iglesia de Taboadela, en la que se oficiaron los actos litúrgicos por su eterno descanso, que se quedó pequeña para acoger a todos los ourensanos que le querían y admiraban y que quisieron estar con él hasta el último momento. El féretro llegó arropado por flores, coronas y gente, síntoma evidente de toda la admiración, cariño y respeto que despertaba.
En su llegada a la iglesia tampoco estuvo solo. Desde casi una hora antes, el entorno del templo empezó a recibir a familiares, vecinos, amigos, compañeros de trabajo y de otros colectivos, además de políticos, entre los que se encontraban el presidente de la Diputación, José Luis Baltar; el alcalde y la concejala de Servicios Sociais de Ourense, Francisco Rodríguez y Marga Martín; la diputada del PP Carmen Leyte y su marido Armando González; el alcalde de Taboa dela, Manuel Gallego, y representantes de todos los partidos de la Corporación.
Funeral
Los muestras de dolor y el llanto fueron una constante durante los actos litúrgicos, como también lo habían sido ya en la sede de Aixiña, donde reposaba el cadáver. Los funerales por el eterno de descanso de Recaredo Paz Prieto se celebrarán mañana, lunes, en la iglesia parroquial de San Miguel de Taboadela a partir de las seis de la tarde.
Colocada sobre la tumba familiar en la que fue enterrado, esta placa artesanal se convirtió ya en un sentido acto de homenaje a un hombre que había dedicado su vida a la lucha por la integración del discapacitado y que seguirá vivo en el sentimiento de todos aquellos que tenía a su alrededor.
Faltaban apenas unos minutos para las seis de la tarde cuando el coche fúnebre con los restos mortales de Recaredo Paz llegó a la iglesia de Taboadela, en la que se oficiaron los actos litúrgicos por su eterno descanso, que se quedó pequeña para acoger a todos los ourensanos que le querían y admiraban y que quisieron estar con él hasta el último momento. El féretro llegó arropado por flores, coronas y gente, síntoma evidente de toda la admiración, cariño y respeto que despertaba.
En su llegada a la iglesia tampoco estuvo solo. Desde casi una hora antes, el entorno del templo empezó a recibir a familiares, vecinos, amigos, compañeros de trabajo y de otros colectivos, además de políticos, entre los que se encontraban el presidente de la Diputación, José Luis Baltar; el alcalde y la concejala de Servicios Sociais de Ourense, Francisco Rodríguez y Marga Martín; la diputada del PP Carmen Leyte y su marido Armando González; el alcalde de Taboa dela, Manuel Gallego, y representantes de todos los partidos de la Corporación.
Funeral
Los muestras de dolor y el llanto fueron una constante durante los actos litúrgicos, como también lo habían sido ya en la sede de Aixiña, donde reposaba el cadáver. Los funerales por el eterno de descanso de Recaredo Paz Prieto se celebrarán mañana, lunes, en la iglesia parroquial de San Miguel de Taboadela a partir de las seis de la tarde.
