EMPLEO - RURAL

La despoblación configura un rural en la provincia sin apenas trabajadores

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photo_camera Las labores de ganadería y agrarias son parte del día a día en el rural.

Los expertos llaman a revertir la situación demográfica en la provincia, que amenaza patrimonio y paisaje. 

La despoblación en el rural mantiene un goteo constante que se deja ver en el poco empleo que se genera en los núcleos de pequeño tamaño. La dinámica de despoblación dibuja áreas "desestructuradas en su economía y con muy graves problemas demográficos", indica Carlos Alberto Patiño, profesor de Fundamentos de Geografía Humana en el Campus de Ourense.

Esto exige una respuesta "urgente e importante", aclara. Casi el 50% de los trabajadores de la provincia dados de alta en la Seguridad Social trabaja en empresas radicadas en la ciudad, cuando esta apenas supone un tercio de la población de toda la provincia. El fuerte peso de la capital, así como de los concellos del área metropolitana, como Pereiro de Aguiar o San Cibrao das Viñas –este último con más trabajadores en sus empresas (7.505) que habitantes (5.184)–, impulsados por sus parques industriales, contrastan con el languidecer del resto de áreas.

La falta de empleo y de actividad productiva empuja a los pocos jóvenes del rural a labrarse su futuro fuera de sus núcleos de origen. En Beariz solo el 6,82% de la población trabaja en el municipio, o en Quintela de Leirado, donde apenas un 7,64% lo hace.

No hay población y, por ende, actividad productiva, y esto lastra el desarrollo del rural. El proceso de despoblación del espacio rural ourensano manifiesta "un grave problema de envejecimiento demográfico", señala Patiño. La falta de jóvenes y adultos en edad de trabajar "implica la pérdida del capital humano de los más emprendedores, lo que resta dinamismo económico a estos territorios".

Los datos evidencian el abandono y el fin de la sociedad rural tradicional. "Son pequeñas entidades dispersas que dejaron de ser atractivas para los jóvenes, que perdieron sus funciones productivas básicas y que hoy en día se encuentran en franca recesión por envejecimiento", indica Carlos Ferrás, profesor de Geografía Rural en la USC.


DECLIVE ECONÓMICO


Este declive demográfico suele venir acompañado de declive económico. La falta de actividad en las zonas rurales lleva aparejados, además, importantes riesgos medioambientales, "ligados fundamentalmente al abandono de las labores agrarias", explica Patiño.

No solo Beariz o Quintela de Leirado tienen un porcentaje muy reducido de población trabajando en las empresas del municipio. Calvos (9,5% de trabajadores respecto a población total), Lobeira y A Bola (10%) o Porqueira (10,5%) son otros de los ejemplos de una situación generalizada en la provincia.

Frente a esta escasa actividad del rural, destaca una mayor viveza de los núcleos urbanizados. Si bien la ciudad acumula una mayor parte de trabajadores. Su población de trabajadores supone un 44% del total de la urbe (46.345 sobre más de 105.00 habitantes). Otras villas, aun sin un tirón como el de la ciudad, también muestran cifras altas en comparación con su población total. Así, en Carballiño la población laboral es el 30,2% del total, en O Barco el 27% y en Verín, un 26,3%. 

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