El altercado protagonizado en la tarde de ayer por un conocido letrado de la ciudad y su exmujer, Cristina Fernández -conocida por su actividad pública en el mundo de la política autonómica en 2003- acabó con ella detenida por un presunto delito de atentado a la autoridad, ya que, según la Policía Local, lesionó a uno de los agentes que trataban de calmarla tras una fuerte discusión con su exmarido.
El enfrentamiento se produjo pasadas las seis y media de la tarde, en una oficina del primer piso del inmueble de la calle Bedoya donde el abogado tiene su despacho. Sobre esa hora, los vecinos se sobresaltaron ante los gritos, que trascendían incluso al exterior del edificio, y que cada minuto que pasaba eran más fuertes, llegando a alarmar a los numerosos transeúntes que a esa hora paseaban por la zona.
Ante la situación y el temor de que se estuviera registrando alguna agresión, uno de los vecinos alertó a la Policía Local, acudiendo de inmediato al lugar dos agentes que, tras inspeccionar el inmueble, comprobaron que el enfrentamiento era entre el propio abogado y su exmujer, Cristina Fernández, exdelegada provincial de Xustiza, cargo que ocupó entre febrero y septiembre del año 2003.
ATAQUE DE NERVIOS
La presencia de los agentes no fue suficiente para apaciguar la discusión. Es más, las amenazas e insultos se recrudecieron, por lo que los policías decidieron invitar a la mujer a que abandonase el despacho para que se calmara, ante el evidente estado de nervios en el que se encontraba, según explicaron. Durante la intervención se originó un forcejeo en el que resultó herido en una pierna uno de los agentes al caer por las escaleras del edificio.
Al lugar acudió una ambulancia del 061, que trasladó al herido a un centro médico, donde permanecía en observación en la noche de ayer. Mientras, sus compañeros procedían al arresto de Cristina Fernández (en la noche de ayer permanecía en el calabozo de la Comisaría provincial) ante la sospecha de que durante el forcejeo empujara al agente municipal, que se precipitó por el hueco de las escaleras del edificio.
La Policía Local declinó ofrecer detalles sobre los motivos que desencadenaron la pelea, aunque todo parece indicar que se debió a cuestiones económicas relacionadas con la separación de la pareja.
Tras la detención, el abogado abandonó el bufete mientras en ambas aceras de la calle Bedoya e incluso en el cercano Parque de San Lázaro numerosos curiosos se acercaron a ver el desarrollo de los hechos.
Ante la situación y el temor de que se estuviera registrando alguna agresión, uno de los vecinos alertó a la Policía Local, acudiendo de inmediato al lugar dos agentes que, tras inspeccionar el inmueble, comprobaron que el enfrentamiento era entre el propio abogado y su exmujer, Cristina Fernández, exdelegada provincial de Xustiza, cargo que ocupó entre febrero y septiembre del año 2003.
ATAQUE DE NERVIOS
La presencia de los agentes no fue suficiente para apaciguar la discusión. Es más, las amenazas e insultos se recrudecieron, por lo que los policías decidieron invitar a la mujer a que abandonase el despacho para que se calmara, ante el evidente estado de nervios en el que se encontraba, según explicaron. Durante la intervención se originó un forcejeo en el que resultó herido en una pierna uno de los agentes al caer por las escaleras del edificio.
Al lugar acudió una ambulancia del 061, que trasladó al herido a un centro médico, donde permanecía en observación en la noche de ayer. Mientras, sus compañeros procedían al arresto de Cristina Fernández (en la noche de ayer permanecía en el calabozo de la Comisaría provincial) ante la sospecha de que durante el forcejeo empujara al agente municipal, que se precipitó por el hueco de las escaleras del edificio.
La Policía Local declinó ofrecer detalles sobre los motivos que desencadenaron la pelea, aunque todo parece indicar que se debió a cuestiones económicas relacionadas con la separación de la pareja.
Tras la detención, el abogado abandonó el bufete mientras en ambas aceras de la calle Bedoya e incluso en el cercano Parque de San Lázaro numerosos curiosos se acercaron a ver el desarrollo de los hechos.
