La víctima, de 72 años y exfarmacéutico en Maceda, fue hallada en la bañera con varias puñaladas

El detenido por la muerte de Tomás Milia declarará mañana ante el juez

Un vecino de la ciudad de Ourense, Tomás Milia Méndez, de 72 años, fue hallado muerto cerca de las seis de la mañana de ayer, con varias puñaladas en el cuerpo y en el interior de la bañera de su piso, el 5-A del número 4 de la calle Curros Enríquez (en el edificio de Tráfico). El detenido como sospechoso del crimen pasará a disposición judicial mañana, según informa el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).
Una hora después, la Policía Nacional detuvo en los alrededores del inmueble a un joven rumano, Alexandru Marius Luca, de 19 años, vecino del barrio de A Cuña, en la ciudad, como presunto autor del homicidio. Además, Marius Luca supuestamente plantó fuego a la vivienda, tras esparcir por el salón gasolina, con el objetivo de borrar huellas y restos biológicos.

El fallecido estaba casado desde hace tres años con un joven venezolano, Guillermo Quilarque, de 27 años, aunque en la actualidad no convivían juntos. Tomás Milia residía solo y desde hace varios meses, según fuentes de la investigación, solía frecuentar círculos de contactos entre homosexuales, en búsqueda de relaciones con hombres jóvenes, a los que, según comentaban ayer algunos vecinos, solía llevar a su vivienda, algo que, según las mismas fuentes, hizo precisamente la noche del viernes.

Los hechos que desencadenaron el arresto del joven rumano comenzaron sobre la una de la madrugada, cuando una conductora alertó a la Policía Local de que un coche (Seat Toledo de color rojo), acababa de colisionar con una señal en la plaza de San Juan Bosco, abandonado el lugar a gran velocidad en dirección al puente del Milenio. Los agentes locales iniciaron su búsqueda, logrando la matrícula del vehículo a través de las cámaras que controlan la circulación. Una patrulla lo localizó en la avenida de Santiago, pero el automovilista se dio a la fuga, perdiéndose en la carretera de Reza. A esa hora, los agentes ni se imaginaban que podría haberse cometido un crimen y que Tomás Milia yacía muerto en la bañera de su casa, según algunas fuentes, vestido con ropas de mujer.


ROPA ENSANGRENTADA

La Policía Local localizó el Seat Toledo en la zona del Seminario y lo inmovilizó -no tenía seguro obligatorio-, y un vecino los alertó de que el conductor había huido hacia el barrio de O Couto.

Los agentes peinaron sin éxito sus calles hasta pasadas las dos y media de la mañana, cuando recibieron el aviso de otro siniestro con fuga en la confluencia de la avenida de Buenos Aires con la calle Arturo Pérez Serantes. Cuando se disponía a recabar datos sobre este segundo accidente, un taxista les informó de que había trasladado a un joven desde O Couto con las ropas manchadas de sangre. Su testimonio sobre los rasgos del viajero coincidían con los del joven rumano que estaban buscando, por lo que establecieron un amplio dispositivo en la zona, que dio fruto pasadas las seis de la mañana con su detención en la calle Xocas (Parque de San Lázaro). El joven tenía en las manos una sábana manchada de sangre y un cuchillo, y al verse sorprendido arrojó el arma y una sábana a un contenedor.


INCENDIO

A esa hora, lo que podría ser un delito contra la seguridad vial se complicó cuando un vecino del inmueble alertó a los bomberos de un fuego en el piso de Tomás Milia, del que salía una densa humareda. Los efectivos acudieron de inmediato y se encontraron con la puerta cerrada, por lo que utilizaron una palanqueta para forzarla. El fuego se había originado en el armario del salón, provocando una alta temperatura en toda la vivienda, que reventó parte de los cristales de las ventanas y quedaron bloqueadas las persianas. Los bomberos revisaron la vivienda y encontraron el cadáver de su dueño en la bañera, por lo que alertaron a la Policía Nacional. En el incendio se había utilizado algún tipo de combustible (resultó ser gasolina) para acelerar la combustión.

Fue en ese momento, cuando los agentes comenzaron a atar cabos y llevaron al joven a Comisaría como presunto autor del crimen y posterior incendio. En un posterior registro, le intervinieron en el coche varios relojes de marca, valorados entre 6.000 y 9.000 euros cada pieza, por lo que también se le imputa un robo.

El incendio obligó a desalojar a 18 personas para evitar posibles intoxicaciones de monóxido de carbono dada la densa humareda que se acumuló en las instalaciones.

La Policía Nacional acordonó el acceso al edificio al tiempo que los agentes locales cortaban la circulación en la avenida de la Habana y Curros Enríquez, lo que provocó pequeñas retenciones.


CONMOCIÓN

Al lugar acudieron varias unidades de la Policía Científica y Judicial, que permanecieron en el inmueble hasta pasadas las dos de la tarde a la búsqueda de huellas que permitan esclarecer el crimen.

El hallazgo del cadáver causó gran expectación tanto entre los vecinos del inmueble como los numerosos transeúntes que durante toda la jornada de ayer se paraban en la zona con el objetivo de recabar información. La mayoría de los vecinos se enteró por la llamada de los bomberos para que desalojaran sus viviendas.

A la vivienda también acudieron los hermanos, primos y sobrinos del fallecido. 'Era unha boa persoa, traballou toda a vida e agora pasoulle este', lamentaba el alcade de Maceda, Xabier Oviedo, que es primo del fallecido.

Su testimonio fue corroborado por una vecina, Carla Martínez, añadiendo que 'no era una persona conflictiva'. Sin embargo, la mayoría del vecindario estaba al corriente de la vida de Tomás Milia y las visitas que acogía en su vivienda.

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