El catedrático hindú ofrece una visión de futuro del país, del que destaca su ‘unidad en la diversidad’

Dhingra: ‘El mayor reto de la India es ahora el aprovechamiento de su población joven’

El Foro La Región comenzó ayer una nueva etapa de conferencias, que abrió el catedrático Anil Dhingra, quien habló sobre ‘La India en marcha, una visión de futuro’ después de ser presentado por el profesor José Paz. Tras hacer un recorrido por la historia de su país, Dhingra señaló su experiencia democrática y su potencial demográfico como las claves de un futuro esperanzador del lugar en el que viven 1.000 millones de personas. Un desarrollo que, a su juicio, pasa por ‘el aprovechamiento de su población joven’ a través de su formación.
La sexta parte de la población mundial vive en la India. Para conocer mejor el pasado, el presente y, sobre todo, el futuro de este gigante mundial, el catedrático Anil K. Dhingra abrió ayer un nuevo ciclo de conferencias del Foro La Región y ofreció a los asistentes la posibilidad de acercarse más a un país que él mismo calificó de ‘contrastes’. Un estado que, a pesar de que ‘no ha podido superar sus debilidades inherentes’ está llamado a ser una economía más grande que Gran Bretaña dentro de 10 años y a convertirse en 2040 en ‘la tercera economía más grande’ del planeta, según algunos estudios a los que se refirió Dhingra.

El catedrático se refirió a una de las principales bazas con las que cuenta el país para continuar su línea de crecimiento económico de los últimos años: su propia demografía. Según él, ‘el crecimiento económico de la India será más rápido en los próximos 50 años porque su fuerza laboral no envejece al mismo ritmo que en los otros países’. Así las cosas, Dhingra explicó que su país estará en condiciones de aportar a Occidente un nuevo com bustible: ‘Trabajadores de conocimiento y profesionales con habilidad’. En este sentido, señaló que ‘el mayor reto de la India es el aprovechamiento de su población joven, casi el 50%. El problema principal es que sólo el 12% de los jóvenes tienen acceso a una educación superior. Si la India no logra formar a su población joven, puede convertirse en un desastre, porque necesita jóvenes bien formados para su propia economía y también para las de otros países’.

Además, el catedrático indio cree que, a nivel mundial, su país ‘con su experiencia de unidad en la diversidad podría desarrollar un rol positivo para conflictos étnicos y religiosos’, además de demostrar ‘la armonía entre la ciencia y la espiritualidad’, respetando asimismo el medio ambiente.

El rural, al margen de la globalización

La economía india ha seguido una línea ascendente desde los años 90. Sin embargo, Anil Dhingra explicaba ayer que ‘la apertura económica beneficia sólo a la clase media, profesionales y comerciantes con educación superior’. Es decir, y según sus propios datos, entre un 25 y un 30% de la población, que en unos años pasará a ser un 50%. El resto, la India rural ‘se está quedando fuera de los efectos de la globalización’, lo que se traduce en el país del mundo con mayor número de niños desnutridos, con un 45% de la población que no sabe leer ni escribir y con un 35% que vive con menos de un euro al día. La desigualdad de género y los prejuicios de castas son algunas de las asignaturas pendientes que tiene el país.

En el lado opuesto, entre los puntos fuertes, la India ofrece ‘una de las culturas más antiguas del mundo’, tradición democrática (62 años) y un pluralismo que permite que convivan distintas etnias y alrededor de 400 lenguas distintas. Algunos de los asistentes plantearon al ponente la posibilidad de que la India supere a China como potencia. Al margen de las posibilidades de cada país, Dhingra señaló que ‘en China no hay democracia, por lo que cualquier decisión es más rápida que en la India’.



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