El PP perdió una concejala en Celanova, el PSOE tiene una alcaldía menos y el BNG redujo a la mitad sus gobiernos locales

Diez concellos cambiaron ya siglas o ediles en el ecuador del mandato

Han pasado dos años de mandato tras las elecciones municipales del 22 de mayo de 2011 y el paso de ecuador arroja un balance movido, cuando no convulso, en 10 ayuntamientos.
La Operación Pokemon hizo saltar en mil pedazos el estable gobierno municipal de la ciudad pero las incidencias salpicaron a otros concellos. La más notable llegó desde Vilamartín de Valdeorras, protagonista de la, hasta ahora, única moción de censura de este mandato municipal. En Celanova, el PP quedó en minoría por la 'fuga' hacia los no adscritos, de una concejala popular; en Maceda, Manzaneda o Vilar de Santos, los alcaldes mantienen el sillón pero han cambiado de partido; en Ribadavia o Lobeira, sin mayoría absoluta, el gobierno municipal se mantiene con acuerdos puntuales, aunque en un difícil equilibrio; y en Baltar, el alcalde sigue, pero suspendido de militancia por su imputación en un delito de coacciones, lo que ha impedido que el PP mantenga el mismo número de alcaldías pese a ganar, en detrimento del PSOE, la de Vilamartín. Todos, y algunos más, son ejemplos de que el resultado electoral de un inicio de mandato no tiene por qué coincidir con la representación con la que se llega al final del mismo.

De momento, el PP mantiene el gobierno en 68 municipios, casi 69 porque el regidor de Baltar, aunque formalmente fuera, respalda al PP en todas las instancias. Eso sí, el partido perdió dos concejales, en Celanova y Bande.

El PSOE tiene una alcaldía menos, la de Vilamartín, y se queda con 14 y 224 concejales; pero la formación más 'damnificada' ha sido el BNG, al que la crisis previa a las elecciones autonómicas dejó con casi la mitad de las alcaldías conseguidas en 2011, que eran siete. Ha perdido Maceda, Manzaneda y Vilar de Santos y tiene, por este motivo, 16 concejales menos, quedando con 96.

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